El jugador del Besiktas viajó a Madrid este fin de semana para disfrutar de la comunión de su hijo Aitor. Sin duda, el reencuentro con su ex mujer fue mucho más tranquilo que el encontronazo que tuvo con la prensa a la salida de la iglesia en Pozuelo de Alarcón.
Hacía muchos meses que Guti y Arancha no se veían las caras. La pareja se separó hace dos años y desde entonces su relación ha sido cordial y afectiva, principalmente, por sus dos hijos, Zaira y Aitor. El jugador aseguró hace pocos días que siempre querrá a Arancha, porque les une dos cosas muy bonitas (sus hijos).
El sábado 27 de mayo, Arancha llegó muy sonriente a la Iglesia de la mano de su hijo, ataviada con un vestido azul turquesa estampado con flores hasta los pies, que combinó con un peep toe naranja, un cinturón bajo el pecho del mismo tono y una estola sobre los brazos.
Un look primaveral que compartió con su hija, que apareció del brazo de Guti y que lució un vestido del mismo tejido que Arancha, pero con un corte más juvenil -por la rodilla, de manga corta y combinado con unas sandalias planas-.
El futbolista, que se enfundó un traje beige, con camisa blanca y corbata verde que combinó con un cinturón y unos zapatos del mismo tono, fue más áspero con la prensa que su ex pareja.
«La celebración es para mi, no para ti. A ti no te conozco de nada», dijo Guti muy enfadado a un periodista de Europa Press mientras se tapaba la cara para que no le pudiesen hacer fotos. Una actitud que sorprendió a los medios, ya que horas antes había sido el mismo el que había publicado en Twitter: «Sigo en Madrid, mañana es la comunión de mi hijo y luego a Ibiza, a disfrutar del verano».
Redacción