Este jueves tuvo lugar la gala de Suprevivientes, pero no era una gala normal, era un momento histórico para la televisión y sobre todo para Telecinco. Isabel Pantoja ha sido acribillada desde hace años por casi todos los colaboradores de los programas de la cadena, asediada y acusada de múltiples cosas, pero todo parece haber cambiado cuando su «pequeño» Paquirrín, o Kiko Rivera, decidió entrar a concursar en el mítico programa de la cadena, Supervivientes.
Kiko fue una de las grandes atracciones de esta edición y es que el chaval se hace querer, pero lamentablemente no pudo aguantar, ya que un problema de salud le impedía dar todo de sí mismo. Él decidió abandonar el concurso pero su madre, Isabel Pantoja, entró por teléfono para disuadirle de sus intenciones y animarle a seguir adelante. Kiko decidió continuar pero sólo duró una semana más.
La pasada semana el hijo de la Pantoja comunicó al programa su salida, para lo que alegaba problemas de salud. Ya no había vuelta atrás, el concursante dijo «mamá no llames para convencerme por que estoy decidido». Dicho y hecho, el joven abandonó el reality y el momento estelar llegó la noche de este jueves. Isabel Pantoja no dudo en acudir al plató de su hasta ahora odiado Telecinco para recibir a su hijo, que no esperaba que estuviera su madre.
Isabel llegó tranquila a los estudios de la cadena de Fuencarral en una limousina blanca, como hacen las grandes estrellas. Allí se encontró con su archienemigo Jorge Javier Vázquez, con el que mantuvo una agradable y tranquila entrevista en la que hablaron del paso de Kiko Rivera por el programa. Tras esto, Isabel salió de sorpresa al plató donde estaba su hijo recién llegado de Honduras y se fundieron en un entrañable abrazo que a más de uno le hizo saltar las lágrimas. Puede que este sea el principio de una buena amistad.
Itziar de la Fuente