La actriz sigue estando de moda. Acaba de terminar de rodar su última película y todavía sigue paladeando los éxitos de la secuela del largometraje de la serie que catapultó a la fama. Madre de familia y trendsetter, Sara Jessica Parker se esfuerza por mantener los pies en el suelo y no comportarse como una diva.
«Nunca quise ser una celebrity, nunca quise ser famosa» confiesa la estrella a la revista ‘Marie Claire’. Su personaje de Carrie Bradshaw, protagonista de la exitosa serie ‘Sexo en Nueva York’, le hizo ser mundialmente conocida, sin embargo, ella trata de llevar una vida normal y pasar desapercibida.
Parker no puede evitar estar muy pendiente de la visión que los demás tienen de ella. «Intento no comercializar con mi fama. Estoy desesperadamente preocupada sobre lo que diga la gente. ‘Se ha pasado de la raya’ o ‘nos quitó la mesa en el restaurante’, ‘no asistió como jurado’ o ‘no va ella misma a hacer la compra’: las cosas que me molestan son contrarias a lo que soy y a mi manera de vivir», relataba.
Pero pese a lo que pueda parecer, antes que actriz e icono de moda, Sarah Jessica es, ante todo, madre y ama de casa y su vida es igual que la de cualquier otro ciudadano, sin extravagancias. «Me espero siempre sin pasar la línea, cojo el metro, me hago la compra y llevo a mis hijos al colegio», detallaba la estrella.
No puede estar viviendo un momento más dulce en lo profesional y en lo personal y afirma que le encanta su trabajo ya que ama la interpretación. Al igual que su alter ego, a Parker no le gusta perder oportunidades y trata de no perder ninguna teniendo siempre como prioridad a sus hijos.
Estrella Digital/EP