Gregorio de Jesús, el ganadero de Ratón, comenzó hace tres años la cantinela de la jubilación. Un toro que llena plazas, y con ellas bolsillos, no es fácil de retirar. Ratón se ha ganado el apellido de “asesino”. Merecido: tres muertos –el último este sábado en Xátiva-, más de quince heridos y un valiente que quedó postrado en silla de ruedas.
Es como un hijo predilecto en Sueca, donde De Jesús tiene la finca, y una leyenda en España. Se le suman más muertos que los reales y más ganancias de las que entran. Hace dos años De Jesús hablaba de 8.000 euros la noche, hoy los rumores dicen que al ganadero le extienden un cheque en blanco para que lo rellene. “Es un toro viejo”, decía el ganadero en 2009, pero aún no ha cumplido su promesa de retirarlo de las fiestas. Y el público no lo pone fácil. La gente lo pide, lo aclama y lo aplaude, pero desde la barrera. Eran pocos los valientes que lo enfrentaban y la mayoría pagados. Entre 500 y 600 euros, decían los jóvenes que lo saltaban, pero si no, no había fiesta.
Vicent M., un joven de Algemesí de 29 años ha sido la última víctima. Viajó a Xátiva con un amigo, bebió y se metió en el ruedo. Pero Ratón no está hecho para noveles. Ratón no titubea, Ratón actúa. Para eso sale al ruedo, esa es su historia. Lo demostró cuando cogió su primera víctima en Puerto de Sagunto en 2006 y poco después en Munseros. Si sale es para dar espectáculo.
A Gregorio no le gusta hablar de “asesino”, él defiende al astado. Dice que es “nobleza” y lo achaca a dos malos tragos que pasó de ternero en los que estuvo a punto de morir. Todo mito tiene un origen. De Jesús cuenta que cuando Ratón apenas tenía diez días unos chavales lo martirizaron, sobrevivió. Poco después, recibió una cornada en una pelea. Sobrevivió y se convirtió en lo que es hoy.
Ahora el alcalde de la localidad valenciana Canals, Ramón Cardona, ha vetado a Ratón de las fiestas de septiembre aunque deja que su ganadero pueda dejarlo ver pero de lejos. Aunque Sueca permitirá a su morlaco actuar en sus ferias, otros tantos alcaldes de municipios se plantean prohibir que el toro salte a los ruedos. Sin embargo más de un laboratorio extranjero pide convertirlo en semental. Y se cotiza caro.
De Jesús tiene un muerto más y el quebradero de tomar la decisión. O lo jubila o lo saca a matar.
Eva Díaz