El 10 de septiembre de 1981 el ‘Lope de Vega’, un Boeing 747 de Iberia, depositaba en España el Guernica de Picasso. Concluía así el largo exilio de uno de los cuadros que mejor ha resumido el horror bélico del siglo XX y que este viernes, treinta años después, se muestra ya sin blindajes en el Reina Sofía de Madrid.
La polémica ha acompañado al cuadro desde que fue pintado por Picasso en sólo unas semanas, entre mayo y junio de 1937. Hoy en día, los nacionalistas vascos siguen reclamando que se exponga en Euskadi, pero tanto desde el Ministerio de Cultura como desde el Reina Sofía se considera que su ubicación en Madrid es definitiva.
En una entrevista telefónica con Efe, el director del Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, subraya que el Guernica es un caso «cerrado» y que su exposición en este museo nacional está fuera de duda.
El mural llegó a Madrid tras haber estado expuesto 44 años en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA), donde lució una inscripción que avisaba que estaba «Bajo préstamo del pueblo de España».
Por petición del artista malagueño el Guernica, que se inspira en los bombardeos alemanes sobre esa localidad vizcaína durante la Guerra Civil, no se podía exponer en España hasta que no se implantase un régimen democrático.
El 14 de octubre de 1981, el Guernica se colgó en las paredes del Casón del Buen Retiro, donde permaneció once años, fuertemente blindado y vigilado, hasta que el 26 de julio de 1992 fue trasladado al Museo Reina Sofía por decisión del ministro de Cultura socialista Jordi Solé Tura.
Este traslado fue también polémico, como no podía ser menos, porque desde que el «Guernica» llegó a España siempre se ha especulado sobre cuál es el mejor sitio para que esté expuesto.
El Museo del Prado, el Reina Sofía y partidos políticos e instituciones del País Vasco han luchado por exponer o seguir mostrando esa obra universal de Picasso.
Manuel Borja-Villel dijo a Efe que la polémica es un asunto «cerrado más allá de por cuestiones técnicas de conservación porque el Reina Sofía es el único lugar que ofrece un contexto histórico y estético para entender esta obra universal».
Esta obra de Picasso es «el eje vertebrador de la colección de la vanguardia histórica del museo», señaló el director del Reina Sofía.
Desde que el Reina Sofía exhibe el Guernica, no se ha trasladado ni cedido en préstamo para ninguna exposición por cuestiones de conservación de la tela que está protegida con un cristal.
Por su parte, la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, afirmó el pasado 12 de marzo que el Guernica «pertenece» al Reina Sofía.
De esta manera, la titular de Cultura dio por zanjada la polémica abierta por la supuesta petición del director del Museo del Prado, Miguel Zugaza, de llevar el Guernica a los espacios del antiguo Museo del Ejército, donde se recreará el Salón de Reinos de Felipe IV.
Los deseos de Miguel Zugaza de recuperar el Guernica para el Prado, a pesar de que en 1995 entró en vigor el decreto que establece la fecha del nacimiento de Picasso, 1881, como frontera entre las colecciones del Museo del Prado y del Reina Sofía, animaron de nuevo el debate en el País Vasco.
El Partido Nacionalista Vasco (PNV) y el Ayuntamiento de Gernika (Vizcaya) continúan reclamando el derecho a exponer de forma permanente la obra en el País Vasco.
El pasado 7 de septiembre, la Comisión de Cultura del Senado rechazó una enmienda del PNV al proyecto de ley regulador del Museo Reina Sofía en la que los nacionalistas pedían el traslado a Euskadi del «Guernica».
Estrella Digital/EFE