Es el capitán de la Selección española y uno de los mejores guardametas del mundo pero él sigue teniendo ese espíritu campechano y espontáneo de una persona de a pie. A sus 30 años, el deportista ha querido hablar sobre su carrera y su carácter para la revista ‘GQ’.
«Habiendo conseguido todo, veo las cosas de una manera diferente, pero sigo queriendo ganar. De una manera diferente, pero quiero empezar otro reto personal, ganar más títulos importantes», confiesa el astro del balón.
Y es que Casillas empezó su carrera muy jovencito, aunque no cayó en la espiral del mundo de la noche y del desenfreno que a menudo salpican a las plantillas de los clubes más importantes. «No le prestaba mucha atención a esas fiestas, yo me quedaba en casa», afirma a ‘GQ’.
Esa imagen de chico centrado y responsable siempre le ha acompañado aunque señala que «todo el mundo tiene una época, una edad… Pero yo nunca he estado descentrado» cuando le preguntan por su etapa más rebelde.
Esa espontaneidad que tanto le caracteriza, ha quedado de manifiesto en varias ocasiones, por ejemplo cuando saludó eufóricamente a los Reyes cuando la Selección ganó el mundial o aquél inolvidable beso que le dio a su novia Sara Carbonero cuando le entrevistaba después del partido que les otorgó la victoria.
«Tuve que aguantar mucho comentario estúpido», afirma Casillas acordándose de ese romántico instante. No obstante se defiende diciendo: «Se dio el momento de hacerlo, la circunstancia, la situación y surgió así».
Lo que está claro es que junto a la Selección y a su club está viviendo un excelente momento profesional mientras que fuera del terreno de juego disfruta también gracias a Sara.
Estrella Digital/EP