Varios miles de personas -unos 3.000, según la Policía Local, y 4.000, según los convocantes- se han manifestado este domingo en Avilés en defensa de la continuidad del Centro Cultural Óscar Niemeyer, cuya gestión ha sido cuestionado por el Gobierno asturiano que preside Francisco Álvarez-Cascos.
La manifestación partió de la plaza de Santiago López y discurrió sin incidentes hasta el equipamiento cultural encabezada por dos grandes pancartas con el lema «Yo apoyo Centro Niemeyer» portadas por representantes del movimiento vecinal y de los comerciantes locales, que habían promovido la movilización.
A la protesta, iniciada hace ya varios días con el reparto de tarjetas rojas con el mismo lema por la ciudad, se han sumado representantes de todos los partidos políticos con representación municipal (PSOE, PP e IU), excepto de Foro Asturias, así como de los sindicatos UGT y CCOO.
Los manifestantes pretendían defender la programación cultural realizada hasta ahora en el centro cultural y reivindicar, según el portavoz de la Unión de Comerciantes, Agustín Gutiérrez, «el espíritu ‘Niemeyer'» que ha permitido «situar internacionalmente» a Avilés e impulsar su resurgimiento cultural y económico.
Para la alcaldesa de la ciudad, la socialista Pilar Varela, la ciudadanía «con su respuesta cívica» es la que decir «con claridad» al Gobierno regional «que tiene que plantear su posición respecto al Niemeyer de forma radicalmente distinta a como la ha planteado».
«El Niemeyer se ha convertido en un motor económico de primer nivel y no estamos para desperdiciar aquello que nos da riqueza», ha añadido Varela después de que los actuales responsables del centro llevaran a los tribunales la negativa del Principado a aceptar el cambio de estatutos que reducía su representación en el patronato.
El Ejecutivo regional ha denunciado además unas supuestas irregularidades económicas en la gestión por parte de los actuales responsables del Niemeyer y ha rechazado la posibilidad de ceder al patronato que lo gestiona la titularidad de un equipamiento en cuya construcción el anterior Gobierno invirtió 43 millones de euros.
La actuación de la administración autonómica, cuyo consejero de Cultura, Emilio Marcos Vallaure, calificó de «cultura del espectáculo» la programación ofrecida hasta ahora por el centro cultural, llevó la pasada semana a los gestores del centro a suspender las actividades previstas a partir de octubre.
Para sus actuales responsables, el Gobierno regional «pretende imponer su criterio y controlar la Fundación» que la gestiona «para privar de independencia y libertad a la misma».
En esta polémica terció ayer también la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, cuyo departamento también forma parte del patronato del Niemeyer, y que se ofreció como mediadora entre ambas partes para buscar «una salida consensuada» para un equipamiento cultural «de primera línea» y que resulta «fundamental» para la difusión de la cultura y para el desarrollo económico de Avilés.
El diseño del Centro Cultural Óscar Niemeyer, inaugurado hace seis meses, fue un regalo del arquitecto brasileño que le da nombre a la Fundación Príncipe de Asturias y pretendía reproducir en Avilés, una ciudad castigada por la reconversión siderúrgica, un cambio urbano y de modelo de desarrollo similar al generado en Bilbao por el Museo Guggenheim.
Estrella Digital/EFE