Tras 34 años de matrimonio, Marina Danko y Sebastián Palomo pusieron punto y final a su relación el pasado mes de agosto y, desde entonces, parecía que la única forma de solucionar sus problemas iba a ser en los juzgados. Sin embargo, tras varias semanas de tensiones y enfrentamientos, han conseguido un acuerdo de divorcio.
Este acuerdo, según apunta la revista ‘Lecturas’, establece que Marina recibirá 4.000 euros mensuales como pensión, uno de los varios coches que posee el diestro, y el usufructo vitalicio del piso de Madrid, que está a nombre de su hijo mediano, Miguel Palomo.
Mientras tanto, el torero deberá encargarse de los estudios de su hijo menor, Andrés, a quien le quedan dos años de Universidad, y al que le deberá pasar una pensión mensual de 1.000 euros. El convenio, por el momento, ha sido acordado verbalmente y, en los próximos días, será firmado por la pareja para así cerrar la separación y después lograr el divorcio de mutuo acuerdo.
Las constantes discusiones entre Marina, de 54 años, y Sebastián, de 64, hicieron que ella abandonara la vivienda familiar en El Palomar, su finca en Aranjuez, y que se instalara en el piso que ambos ostentan en Madrid.
Sus hijos en común, Sebastián, de 34 años, y Andrés, de 23, también se fueron del domicilio de Aranjuez tras discutir con su padre. El único que apoyó al diestro fue su hijo Miguel, que se trasladó a la finca con su padre acompañado de su mujer Marta González.
Poco a poco, la relación entre Marina y Sebastián fue empeorando, hasta tal punto, que solo se comunicaban a través de sus abogados. A ello le siguió que Sebastián diera órdenes expresas de no ver a su mujer después de que el torero fuera ingresado en el hospital el pasado cuatro de septiembre al sufrir un infarto.
Más tarde, saltaron rumores de que Marina mantenía una supuesta relación con el político José Bono. La noticia fue desmentida por la propia Marina a través de un comunicado, que, por el contrario, ha evitado confirmar la supuesta infidelidad de Sebastián, motivo por el cual habría roto definitivamente la pareja, según diversas fuentes.
Las circunstancias se complicaron aún más cuando Sebastián se declaró insolvente a pesar de que en la vivienda en la que reside hay cinco empleados de servicio, un chófer y ningún cambio en su nivel de vida. No obstante, aunque el matrimonio se casó en separación de bienes, la pareja ha logrado finalmente llegar a un acuerdo de divorcio para evitar un juicio que se preveía complicado.
Los difíciles momentos que está atravesando la pareja se han hecho visibles hace unas semanas por parte de Marina, que se encontró con su amiga María Vidaurreta en unos grandes almacenes. María, a la que hacía mucho que no veía, se interesó por la sensible situación por la que está pasando Marina, que no pudo evitar la emoción y la tristeza al contarle a su amiga sus confidencias, según publica la revista ‘¡Hola!’.