«Es una tragicomedia sobre un hombre desesperado que no tiene trabajo, sufre un accidente y se clava una barra de hierro en la cabeza». Con estas palabras presenta el cineasta Álex de la Iglesia su nueva película, La Chispa de la Vida, que llega a las pantallas españolas este viernes 13 de enero.
Capitaneada por Salma Hayek y José Mota, completan este «drama emotivo», según palabras de éste último, un elenco de nombres tan ilustres del cine español como Juan Luis Galiardo, Blanca Portillo, Manuel Tallafé, Santiago Segura, Juanjo Puigcorbé, Fernando Tejero, Antonio Garrido, Carolina Bang y Eduardo Casanova.
En la presentación de la cinta en Madrid, el cineasta vasco ha añadido que que esta es la historia de un hombre que «decide poner a la venta su alma y vender la exclusiva de su muerte», aún perdiendo la dignidad, pues así puede ayudar a su familia hasta el último momento. «Porque la vida, quitándole eufemismos, trata de ganar dinero», ha ironizado De la Iglesia, parafraseando a su protagonista en la película.
En esta línea, ha añadido que se trata de poner humor incluso en los momentos más dramáticos, porque tal y como ha confesado, él ha tenido «ganas infinitas» de reirse incluso en algún funeral, por lo que ha afirmado que «eso es la tragicomedia». Además, ha agregado que todos nos sentimos viviendo en un mundo que «parece estable», pero en algún momento «descubrimos que si cambiamos de postura, morimos».
De la Iglesia ha apuntado también que le encanta trabajar con cómicos, ya que es un «truco narrativo para que la película vaya mejor». Como referentes para este trabajo, ha citado películas como El Asfalto de Narciso Ibáñez Serrador y La Cabina de Antonio Mercero, así como trabajos de cineastas de la talla de «Pedro Olea o tantos otros».
«Amarga pero esperanzadora»
Por su parte, José Mota ha asegurado que «la película es amarga pero esperanzadora». «Mi personaje es capaz de perder la dignidad con tal de salvar la de su familia», ha señalado, para después resaltar que este proyecto para él ha sido un «regalo», ya que le «apetecía emocionar contando una historia como esta».
Y emocionar es justo lo que ha conseguido, al menos entre sus compañeros de reparto, pues Juan Luis Galiardo no ha dudado a la hora de afirmar que «Mota representa lo que Jack Lemmon en el cine americano, y tiene la ductilidad que tiene que tener un gran actor».
Sobre la participación de Salma Hayek, De la Iglesia ha destacado que «ha rebajado su caché y ha trabajado en esta película porque le apetecía». Así, ha explicado que «es una chica encantadora, una más del equipo» y todo fue muy bien salvo simpáticos encontronazos de caracteres con Juan Luis Galiardo, quien a su llegada al rodaje pidió un aplauso de todos los presentes para ella, algo que la mexicana no encajó precisamente bien de primeras, pues no deseaba ningún tipo de distinción sobre el resto.
Por último, Blanca Portillo ha bromeado y provocado ciertas risas al comentar que le encantó hacer en esta película de directora de un Teatro Romano -en la película, el de Cartagena, en la vida real en el pasado, el de Mérida-, porque «no tenía ni idea de cómo era, y ha sido un trabajo de introspección».
Estrella Digital/EP