El primer desfile de la cuarta jornada de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid ha corrido a cargo de la reina de los corsés. Maya Hansen nos muestra una colección en la que no solo se ha centrado en su prenda estrella, sino que ha ido mucho más allá, sumergiéndose en un el mundo de la noche de Nueva York.
La diseñadora ha combinado sus habituales corsés con faldas largas, trajes completos, vestidos, prendas capricho, pantalones de talle alto, blazers, camisas de gasa o capelinas de cuellos joya.
Un vestido largo negro, de corte sirena y repleto de glitter, con detalles en los hombros y un corsé con incrustaciones de Swarovski ha sido el encargado de abrir el desfile de Maya Hansen, en el que también hemos visto transparencias en blusas con chorreras negras y, sobre todo, marcadas cinturas y faldas de vuelo.
En cuanto a la paleta cromática, los colores joya han sido los más repetidos, mientras que los rojos-granates, azules combinados con negro, verde esmeralda, plata, rojo intenso, maquillaje y hasta el blanco y negro como base, también han tenido un hueco.
Los tejidos han aportado un lujo extremo a la colección de Maya Hansen. Joyas una y otra vez, terciopelos de tapicería, tafatanes, rasos de novia y mikados. Además, muchas de las prendas han sido cristalizadas con Swarovski, dando un brillo muy especial y nocturno al desfile. También cuidadosos bordados de encaje de chantilly.
En cuanto a los accesorios, los tocados se han llevado el protagonismo absoluto, mientras que los detalles de lazos, fruncidos y pliegues en las partes delanteras, mangas y caderas también han tenido presencia.
Sin embargo, lo más vistoso han sido las hombreras súper marcadas y las cinturas que contrastaban con unas faldas muy abullonadas.
Juncal Rivero se ha llevado todos los aplausos del público con su aparición, la misma que ha dado paso a los impresionantes vestidos de fiesta: con increíbles bordados de chantilly y faldas con superposiciones de tul. Especial mención merecen las incrustaciones de joyas en las colas de los vestidos y el último look, estilo torero, que combinaba los colores salmón y negro.
Martin Lamothe
La pasarela Mercedes Benz se ha cubierto de césped artificial para acoger una propuesta basada en las antítesis entre la naturalidad y lo artificial de la mano de juegos de contrastes con una clara inspiración británica. La colección ‘ParkLife’ rinde un homenaje a los elementos de la naturaleza y al control que el ser humano hace sobre ellos en un despliegue de elegancia muy chic.
La idea de enfrentar ideas como lo natural versus lo artificial ha sido el leit motiv de la propuesta de Elena Martin. La dieñadora ha elegido un rico abanico de materiales para crear sensaciones. Los vestidos con estructuras rígidas y colores inspirados en la vegetación como la gama de verdes, entraban en contraste con otros modelos de corte más lángido, con caidas limpias y estampados retro geométricos estilo años 80 con un criterio muy racionalista. La paleta cromática también ha mirado a la madre naturaleza recurriendo a tonos como el vino o negro carbón.
El impacto visual venía de la mano de superposicones de drapeados, contraposiciones de lana, cuero o licra han trazado un completo mapa de la fisionomía de esta auténtica fauna urbana sin perder esa elegancia propia del país británico.
Precisamente esa esencia britt estuvo en todo momento presente gracias a los bombines como complemento estrella. Los clásicos zapatos de cordón también se revisaron en forma de peeptoes con el talón al descubierto, tacón ancho y maxi plataforma firmados por Pilar Burgos.
Para ellos, vuelve a tomar como punto de partida las camisas y los trajes de chaqueta, incorporando tonos como el verde hierba, los estampados a las camisas y abrigos oversize de corte rectangular y hombros muy marcados.
Una visión de clara inspiración urbanita llena de contrastes en la que la naturaleza se ha visto cara a cara con el pensamiento racionalista, readaptándose en forma de figuras únicas.
Estrelal Digital/EP