La heredera del imperio Inditex, Marta Ortega, de 28 años, y su novio, el jinete asturiano de salto ecuestre Sergio Álvarez Moya, de 27, se casaron este sábado en el Pazo de Drozo, propiedad que pertenece a la familia de la novia en la localidad coruñesa de Anceis.
La hija de Amancio Ortega contrajo matrimonio en medio de la discreción y el secretismo hasta el último momento. Ante el interés mediático que el enlace llevantó, la pareja decidió facilitar a través de un gabinete de comunicación contratado para la ocasión, algunos de los detalles, aunque no cedieron imágenes de la ceremonia ni del banquete.
El modisto Narciso Rodríguez fue el elegido para diseñar el traje de novia -un vestido claro de gasa cortado al bies y bordado- y Marcelo Tejedor y Nacho Manzano, los encargados de elaborar el menú a base de productos típicos de la gastronomía gallega y asturiana.
Los casi doscientos invitados fueron llegando al pazo de la familia Ortega a partir de las 19:00 horas a bordo de autobuses y furgonetas de alta gama. A las 19:45 horas llegó el novio acompañado por su madre y veinte minutos más tarde lo hacía la novia, junto a su padre.
Decenas de operarios trabajaron durante varias semanas en los preparativos de la boda en el interior del pazo, en cuyo jardín se instaló una enorme carpa de casi mil metros cuadrados que albergó a los invitados. Su interior estaba decorado con motivos hípicos como homenaje a la pasión que los novios sienten por este deporte.
Licenciada en Ciencias Económicas, Marta Ortega se incorporó hace dos años a la sede central de Inditex, en Arteixo, para completar su periodo de formación ya que está llamada a suceder a su padre al frente del mayor grupo textil del mundo que año tras año aumenta su facturación.
La joven inició su formación en Inditex como dependienta en Londres, y más tarde se trasladó a las oficinas del grupo de distribución textil en París y Asia.
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