Los Ballets Rusos de Diaghilev, 1909-1929. Cuando el arte baila con la música.
Caixaforum Madrid presenta una exposición sobre el mundo de Diaghilev y los Ballets Rusos, del 17 de febrero al 3 de junio. Los aficionados al ballet y todos aquellos curiosos de la cultura de la primera mitad del siglo XX no podemos faltar a la cita en el edificio junto al Jardín Colgante del Paseo del Prado, con un amplio horario: de lunes a domingo, de 10’00 a 20’00; en marzo, abril y mayo hay organizadas diferentes actividades relacionadas con la exposición: ciclos de conciertos, conferencias, danza filmada, y otras propuestas igualmente atractivas.
La exposición presenta un alto interés: se trata de dar a conocer los escenarios y los eventos más importantes protagonizados por la compañía de los Ballets Rusos a lo largo de los veinte años de su andadura. Veinte años en que los mejores artistas de la época crean los diseños de sus escenografías y de su vestuario, con lo cual asistimos a una exquisita manifestación de arte en varias de sus facetas. Vemos así mismo cómo evoluciona el espíritu de los Ballets Rusos, desde sus raíces rusas influidas por el orientalismo y el clasicismo, hasta inspirarse en el ambiente de las playas, del cine y el deporte, siempre a través de los intelectuales y los creadores vanguardistas de la época.
La fascinante muestra, avalada por el buen hacer del Albert &Victoria Museum de Londres, gira en torno a la figura de Diaghilev, clave en la historia y evolución del ballet, arte que para muchos es la mayor expresión de la belleza en movimiento .
Serguei Diaghilev montó una exposición de arte ruso en el Petit Palais de París en 1906, y a partir de ahí la capital francesa cobra una gran significación para el empresario y artista nacido en Novgorod: dos años más tarde, la ópera de París le encarga la producción de Boris Godunov, cuyo reparto estaba encabezado por Feodor Chaliapin, y en 1909 crea los Ballets Rusos con los mejores bailarines procedentes del teatro Mariinsky de San Petersburgo. La colaboración ya existente desde más de una década entre el fantástico pintor y diseñador escénico Léon Bakst y la genialidad de Diaghilev contribuyeron en gran medida al esplendor de estos ballets, con ese gusto por la antigüedad griega y por el mundo persa y oriental, tan visible en sus colores y en sus escenografías.
Los Ballets rusos de Diaghilev reunieron a lo largo de su historia a artistas míticos como Ana Pavlova, Vaslav Nijinsky, Ida Rubinstein, Fokine, con nombres de músicos como Stravinsky, Satie, Prokofiev, Falla, Rimsky-Korsakov. En sus veinte años de vida, más nombres de pintores, diseñadores de moda, escritores de primerísima fila colaboran con la compañía de Diaghilev: Matisse, Picasso, Bracque, Coco Chanel o Jean Cocteau. En la exposición encontramos una importante colección de sus trajes emblemáticos, y también otras piezas de muy alto valor para los seguidores apasionados: pendientes de Nijinsky en Scheherazade, busto de Nijinsky, castañuelas, contratos, recibos, carta a Falla de Diaghilev, telegramas, programas, carteles … hasta un zapato para la escena y una zapatilla , el símbolo indiscutible de la danza. Queremos destacar especialmente el conjunto de las piezas exhibidas sobre el tema del ballet El Pájaro de Fuego, con proyección incluida a través de su finísimo telón de fondo pintado que divide la sala, consiguiendo así un increíble efecto de magia con la imagen ligeramente velada , y por otra parte, se puede disfrutar el ballet en todo su esplendor si nos situamos delante del telón.
Otro audiovisual, éste al final de la visita, ofrece una visión completa de la relación que tuvo la compañía de los Ballets Rusos con España, como colofón a la sección dedicada a esta etapa en la exposición. Efectivamente, en el período de la primera Guerra Mundial, cuando las actuaciones y los viajes eran muy difíciles en muchos escenarios europeos, los Ballets Rusos pudieron realizar sus giras por el territorio español con el respaldo de Alfonso XIII que incluso los ayudó a regresar a Londres. Una vez terminado el conflicto bélico volvieron a actuar en España, teniendo a Barcelona como punto de partida para sus actuaciones. Y así, artistas españoles se incorporaron a su vez a los Ballets Rusos, en la danza y en la música como en la escenografía o el diseño del vestuario: Picasso, como antes apuntábamos, pero también Sert, Juan Gris, Joan Miró, y en el campo musical, más que ningún otro, Manuel de Falla. Un feliz intercambio entre maestros.
María Teresa García Hernández