Emma es ciega, pero lo tiene muy claro, quiere ser mamá. Y lo peor es que no le importa el precio. La cosa va a más cuando descubre que su novio no puede dejarla embarazada y rompe con él. Desde entonces, empieza su periplo en busca del esperma perfecto. Pronto descubrirá que no es tan fácil como parece y que sus ojos no es lo único que la ciega.