lunes, noviembre 25, 2024
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El tranvía tradicional de Lisboa supone una gran atracción turística

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Con el característico sonido de sus campanas y su color amarillo, el tradicional tranvía lisboeta es el vehículo más utilizado de la ciudad, además de ser considerado como una de sus principales atracciones turísticas.

Descubrir Lisboa a bordo de uno de estos vehículos centenarios es una de las experiencias más enriquecedoras que ofrece la capital lusa. Pero si hay una ruta que permita al visitante hacerse una idea completa de la ciudad, es la del famoso tranvía 28, que desde la plaza Martim Moniz y hasta el Cementerio de Prazeres, atraviesa los históricos barrios de Graça y Alfama, o por los distritos más elegantes como Chiado Estrela y Campo de Ourique, combinando en un recorrido de diez kilómetros la Lisboa histórica y la contemporánea.

El tranvía 25, que hace una pequeña parte del recorrido del número 28, es una alternativa muy interesante para la vuelta. Circula entre la Casa dos Bicos, que alberga hoy la fundación José Saramago, y Estrela y Prazeres, pasando, a diferencia del primero, por Lapa y Madragoa. Llegando al barrio de Santos, y sobre el río Tajo, se puede divisar el kilométrico Puente 25 de Abril, cuyo nombre hace honor a la Revolución que tuvo lugar ese día en 1974.  Sin ser estrictamente turístico, el tranvía sube y baja por calles tan estrechas que sorprende el hecho de que el eléctrico pueda circular por ellas.

Otra ruta muy interesante es la que realiza el tranvía 18, que parte de la Rua da Alfândega y finaliza en el Cementerio de Ajuda. Su recorrido de 35 minutos pasa por lugares muy típicos de la ciudad, como la Plaza del Comercio, desde la que se puede contemplar el río Tajo y su actividad portuaria; la Iglesia Corpo Santo, que data del siglo XV; o el Palacio de Ajuda, lugar de residencia de la familia real durante el siglo XIX.

Sentados sobre sus banquetas, es recomendable tener a mano una cámara fotográfica para captar las mejores instantáneas de la ciudad y mantener los ojos bien abiertos para no perderse ni un solo detalle de la arquitectura típica lisboeta: los azulejos de colores que decoran las paredes y los frisos de estilo art noveau, una de las técnicas más características del país vecino.

 En la actualidad, el tranvía en Lisboa ha ganado popularidad y es uno de los medios de transporte preferidos por turistas y lisboetas debido a las numerosas ventajas que ofrece, como su precio (el billete sencillo cuesta 1,30 euros y la tarjeta de un día con viajes ilimitados 3,80 euros); la amplitud de horarios (circula todos los días de 06.00 a 01.00 horas); y por supuesto, su innegable atractivo, siendo el vehículo ideal para conocer Lisboa e impregnarse de la magia de cada calle y barrio de la ciudad.

Redacción Estrella Digital

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