El Museo Picasso de Málaga se adentra en el terreno de lo grotesco a partir del 22 de octubre. Leonardo da Vinci, Francisco de Goya, James Ensor, Paul Klee, Pablo Picasso, Otto Dix, Willem de Kooning y Francis Bacon se encuentran entre los más de 80 artistas internacionales, autores de las más de 250 obras que este otoño se reunirán en la exposición ‘El factor grotesco’.
La muestra aborda el significado y la evolución de esta categoría estética en diferentes momentos de la historia del arte occidental. Reúne obras plásticas y literarias procedentes de toda Europa y del continente americano. La exposición asume su condición heterogénea y la ambigüedad semántica: desprecio y piedad, risa y llanto, empatía y escarnio, espanto y ternura.
Esta exposición sigue tres caminos de génesis y maduración; tres «versiones» culturales de lo grotesco: la que se define bajo ciertas formas de la ornamentación, la que se asoma al abismo para ver que nada nos sostiene y la que combate con risas la propia necedad de lo humano.
El grotesco ornamental tiene el privilegio de ser el que da nombre a estos dominios de la sensibilidad moderna. La anécdota de su procedencia se sitúa en las últimas décadas del siglo XV y bajo el suelo de Roma, donde se descubren las paredes pintadas de la Domus Áurea edificada por el emperador Nerón en el siglo I. El segundo linaje, lo grotesco abismático, nos asoma a los vértigos de la falta de sentido, llevándonos desde Bruegel hasta los simbolistas y los dadaístas. Por último, lo grotesco cómico posee una orientación más social y moral. Se encuentran aquí la comedia y la sátira, pero también variaciones modernas de la risa social, como la caricatura o la larga tradición de lo burlesco, que culminará en el cine mudo de los cómicos de las primeras décadas del siglo XX.
Redacción Estrella Digital