Justin Bieber estaba sobre el escenario del O2 de Londres cuando se llevó las manos a la cabeza y empezó a retorcerse de dolor. Era su tercer concierto consecutivo en la capital inglesa cuando, ante millones de fans, tuvo que ser asistido entre bastidores. Con 20 minutos de demora, el niño prodigio salía de nuevo al escenario para acabar su show. Le pusieron oxígeno y le aconsejaron ir directamente a urgencias, aún así, prefirió no defraudar a su público y volvió al escenario donde acabó desvaneciéndose y finalizando la velada.
Horas después, el representante del cantante canadiense, Scooter Braun, declaraba ante los medios locales: «Se encuentra mejor. Los médicos le dieron oxígeno. Insistió en terminar el concierto cuando se sintió mal. En el momento que dejó de pisar el escenario fue trasladado al hospital».
Había tenido un ataque de ansiedad, ¿quizá por el duro trabajo y el estrés de estar de aquí para allá?. Casi 10 horas después, Bieber agradecía a través de Twitter la preocupación por su estado: «Estoy mejorando. Gracias a todo el mundo por ayudarme a pasar esta noche. Sois los mejores fans del mundo. Estamos intentando averiguar qué pasó. Gracias por vuestro cariño». Después colgaba en Instagram una imagen y un comentario: «recuperándome mientras escucho a Janis Joplin».
Las malas lenguas
Pero en las redes sociales siempre se cuecen rumores y comentarios insidiosos. En twitter e debate si este ataque de ansiedad no es una «estrategia publicitaria» para solventar el fiasco del primer concierto en Londres al que llegó tarde. Por ello, cientos de fans no pudieron ver terminar el espectáculo debido al cierre del transporte público inglés y por lo que se llevó un batacazo en las redes sociales.
Los últimos meses para Bieber no han sido un remanso de paz. Un fotógrafo moría atropellado mientras captaba fotos del artista, su ruptura con Selena y los ataques que han tenido mutuamente, pelea callejera incluida, detenciones de tráfico, y los malos comentarios que crearon sus imágenes fumando un porro o enseñando el culo, entre la larga lista de sus últimos escándalos.