Desde que comenzase su relación -a raíz del reality Supervivientes- todo han sido idas y venidas, pero parece que su relación está más afianzada que nunca. La joven pareja ha decidido cambiarse de residencia para contar con el apoyo de la familia de Jessica.
Kiko Rivera desciende de una familia de artistas y por eso no es de extrañar que el joven también se haya decantado por el mundo del espectáculo, en una versión más moderna eso sí. «Desde pequeñito me ha gustado el mundo de la música. Lo he mamado. Pero hay que saber cuándo lanzarse y creo que esperé lo suficiente y he estado sin hacer nada y ahora lo quiero hacer todo» aseguraba el hijo de Isabel Pantoja en una entrevista a la revista Diez Minutos.
Este trabajo implica que el ahora convertido en DJ viaje mucho y pase tiempo fuera de casa. Por eso no es de extrañar que la pareja haya decidido irse a vivir a la localidad sevillana de Los Molares, donde residen los padres de la modelo. No muy lejos de su antigua casa, en el centro de Sevilla, la pareja puede ahora contar con la ayuda de los padres de Jessica gracias a la cercanía.
El pequeño Francisco tiene ya cuatro meses y, aunque sus padres ya se manejen mejor, siempre es bueno poder contar con algo de ayuda extra, en este caso la de Francisco y Loli. A Kiko siempre le ha gustado salir de fiesta, pero ahora como padre tiene más responsabilidades. «Hago mi trabajo y me voy porque, si no, no tienes cuerpo. Si me quedo de fiesta mi cuerpo muere y ya tengo un hijo. Ya soy un papá Kiko» comentaba entre risas el andaluz.
Y la culpa de todo esto la tiene una persona: Jessica. Así lo aseguraba Kiko «La culpa la tiene Jessica. Estoy contento y muy feliz de estar con ella». La modelo ha conseguido centrar al DJ que está feliz en su nueva faceta como padre y así lo demostraban durante la mudanza a su nueva casa. Una nueva casa que de momento han alquilado pero sobre la que tienen opción a compra.
La pareja se traslada a vivir junto al pequeño Francisco a un chalet adosado de dos plantas con jardín y piscina particular. La vivienda, que dispone de 250m cuadrados, posee un salón, tres habitaciones, dos baños y una cocina. Además Kiko ha instalado una caseta para poder ensayar. Volcado en su trabajo como DJ, Kiko también tiene otra serie de proyectos en mente, pero todavía no quiere desvelarlos.
Por su parte Jessica, además de encargarse del pequeño, ha vuelto al trabajo tras recuperarse del embarazo. Tras perder 24 kilos la modelo se siente mucho mejor y así lo demuestran las imágenes. Esperemos que sean muy felices en esta nueva etapa.