De ser la empollona de la clase a convertirse en la reina de la belleza, un ejemplo para la moda. Sharon Stone está a punto de estrenar cuatro nuevos filmes, y este parece ser el año en el que la eterna asesina de ‘Instinto Básico’ nos recuerde que, además de la última gran estrella al estilo de Hollywood, es también una gran actriz.
La fama de diva exigente le acompaña, pero Sharon Stone tiene muchas más caras. En la entrevista que concede en a Vanity Fair España se revela como una montaña rusa capaz de detener la entrevista en seco con una mirada gélida y, cinco minutos después, abrir su corazón para hablar de sus hijos, de su padre fallecido hace cuatro años o de los episodios de acoso que sufría en la escuela. «Aún no he conseguido unir a la Sharon Stone que aparece en las marquesinas y a la mujer real que soy», afirma como punto de partida.
«Mi padre era un humanista que juzgaba a nuestros vecinos gays hasta que yo le presenté a algunos que eran amigos míos. Empezó a invitarlos a pasar temporadas a casa con mamá y se los llevaba a remar, a caminar por el monte, a usar una escopeta..», rememora Sharon, que se muestra como una ávida lectora que es capaz de leer a los clásicos y también ’50 sombras de Grey’, que descubrió y recomendó a sus amigas mucho antes de que se convirtiese en un ‘best seller’. Se presta a hablar de su novio, del que declara que pese a su juventud es «un intelectual».
Según cuenta, Eileen Ford en persona le dijo cuando era una aspirante a modelo: «Tienes algo, ¡pero me gustaría lanzarte por las escaleras y quitarte la grasa del culo!». Sus recuerdos de aquella época no son demasiado gratos. «Un doctor me ponía una inyección de Dios sabe qué en el muslo todos los días… ¿En qué estaría yo pensando?».
Stone habla de su proceso de adopción y su preferencia por hacerlo con niños americanos. «No necesitaba a uno de Camboya», afirma irónica. «Jamás diría nada malo de la gente que adopta a nivel internacional, pero también tenemos millones de niños sin casa aquí en Estados Unidos». Otra de las pasiones de Sharon son los toros. «Me gusta la tauromaquia porque a veces tú pillas al toro y otras veces el toro te pilla a ti. Puede ser anticuado, tribal y primario, pero da una lección profundamente conmovedora».
Estrella Digital/EP