-¿Qué ha hecho que pase de la noche a la mañana de todo un drama como «Gran Reserva» a una comedia como «Vivo cantando»?
– Me atrajeron mucho los guiones, con personajes diferentes a otras series. Aquí no había malos-malos, son gente normal y corriente de un barrio, que hablaban de sus problemas, de ciertos valores. Es una serie entretenida y muy conmovedora, muy bien escrita, lo que va a permitir que todos los actores tengan su momento de gloria, porque además la selección de actores es muy certera y todos van a estar muy bien, por lo que van a crear una empatía muy grata con el espectador, que va a hacer que la audiencia agradezca la presencia de esta serie. Además, la muerte no es siempre una tragedia terrible, es un dolor, pero no una tragedia griega, y aquí aparece la familia, como nucleo importante a sostener, el cariño entre sus miembros, cómoelamor les puede rescatar de los errores de la vida. Es una historia que yo echaba de menos en TV.
-Y encima no hay personajes tan malos como ese Vicente Cortázar que tanto le amargaba en los viñedos…
-Afortunadamente no. Aquí hay personajes totalmente reconocibles por los espectadores. Lo más importante son los sentimeintos de la gente. Saber qué valores pueden ayudarnos en una situación crítica.
-¿Cómo se siente entre tanta gente joven?
-Estar con la gente joven es estimulante. Además son muy buenos. Yo no los conocía, pero han escogido muy bien.
-¿Es de los que piensa que cualquier tiempo pasado fue mejor en cuanto a actores se refiere?
-Yo creo que en líneas generales el nivel de los actores era mayor, pero quizás fue porque entonces no se utilizaba tanta gente joven. Los jóvenes de entonces éramos Juan Diego, Emilio Gutiérrez Caba, Jaime Blanch y yo, pero los de ahora serán los que, dentro de otros 40 años, nos sucederán a nosotros, porque en muchos de ellos se vislumbra un talento grande. En TV, no sé por qué, ahora se quiere contar siempre con gente muy joven, no sé si porque habrán hecho estudios de audiencia.
«Los actores jóvenes de antes tenían más nivel que los de ahora»
-Usted es profesor en Aula de Teatro, ¿ejerce aquí también entre los jóvenes?
-No, nadie me pide consejo, pero si lo hicieran les diría, por ejemplo, que si determinadas cosas las hicieran de otro modo quedarían mucho mejor. Yo creo que el principal problema que tienen muchos actores jóvenes hoy en día es el de la dicción, la gente se queja a veces que no les entiende bien. Sería una de las cosas que se deberían cuidar más, que aprendan más a manejar la lengua. Algunos han estudiado en algún sitio y otros no, pero lvoz es algo que tienen que ejercitar todos los días. Un actor, una vez que decides serlo, hasta que se muera tiene que estar perfeccionandose, porque tú eres tu propio instrumento y debes estar afinadísimo para que cuando haya que tocar suene bien.
-¿Hay muchas formas de interpretar?
-Desde luego hay muchos métodos de interpretación. Yo intento enseñar como a mí me enseñaron en el instituto, desde mi propia experiencia. A gente como a José Carabias, a Emilio Gutiérrez Cabao a mi no nos ha ido mal. Nos enseñaron bien y hemos podido desarrollar aquel aprendizaje.
-¿Le costó dar el salto a la televisión?
-Todo lo contrario, yo estaba loco por entrar. Yo había hecho teatro en el instituto, me matriculé en la Escuela Oficial de Cine y ya debuté en TV con «La tortuga perezosa», pero mi despegue profesional fue en el 64, cuando hago en el teatro «La casa de los siete balcones», de Alejandro Casona, con papel importante junto a Amelia de la Torre, y hago en TV «El último reloj», de la serie «Historias para no dormir», que logró el primer premio que consiguió TVE en su historia.
-Desde aquellos «Estudio 1» hasta ahora ha cambiado mucho la TV. ¿A mejor, o a peor?
-Es diferente, no sé si para mejor o peor. Allí trabajábamos con textos más importantes, ya que nos abastecíamos de obras de la literatura dramática universal, desde Shakespeare a Lope de Vega, Calderón, Chejov. Fue muy bueno para nosotros proque nos permitió crecer más, la experiencia con grandes personajes, rotábamos de directores y géneros y eso nos dio un bagaje fantástico y ahora se trabaja en las series, que es algo más rápido. Yo les he contado a compañeros jóvenes de reparto que antes haciamos bloques de 20 minutos sin cortar y se quedan espantados, preguntando cómo era posible. Eran tiempos en los que se rodaba con tres cámaras y si te equivocabas tenías que empezar. Luego ya llegaron los cortes y se podía ya montar.
-«Gran Reserva», «Gran Hotel»… ¿hay que tener un «gran» reparto para triunfar?
-Esta nueva no tiene nada que ver, pero si logramos el nivel de interpretación de esas ya podremos estar contentos. Yo creo que en TV muchos se han dado cuenta ya de que es más rentable con gente más eficaz para poder triunfar.
-¿Pero si ustedes no se jubilan algún día no habrá futuro para tanto actor joven como hay?
-Hoy en día te puedes jubilar y seguir trabajando. Hay algunos que sí se quieren retirar antes pero yo no encuentro nada que me guste más que esto, por lo que mientras que el cuerpo aguante… Yo me siento útil haciéndolo y no quiero dejar de ser actor.
-¿Por qué cree que su gremio está tan molesto con los políticos?
-Porque esta época está encabronada, se han tomado unas medidas que hay que hacer pero ahora mismo la profesión se está hundiendo con las medidas que los políticos han tomado. Decían que querían recaudar más dinero para las arcas del Estado y que por eso había que tomar ciertas medidas y está ocurriendo al revés, que se recauda menos y estamos destruyendo un sector de la sociedad.
-¿Con qué se conformarían ustedes?
-Simplemente con que nos lo explicasen, para que la profesión pueda entenderlo. Toda la sociedad española está conforme con el sacrificio, pero cómo le puedes explicar que hay que sacrificarse al máximo mientras unos señores banqueros se llevan de jubilación no se cuantos millones y como todos los días sale algo de corrupción en gobiernos, municipios, que lo expliquen para poder hacer el sacrificio. España merece que los políticos se expliquen.