Más locos que los romanos a los que criticaba Obélix. La canícula parece que está afectando a los políticos de este país, que, con la que está cayendo, se centran en nimiedades en vez de en intentar suavizar cuando menos un poco la crisis en la que nos han metido. Si hace unas horas decíamos que los socialistas habían logrado que se retirara un anuncio de las picotas del Jerte al que tachaban de «sexista», y poco después Izquierda Unida pedía al presidente de la Comunidad de Madrid que se encargara de que Telemadrid diera el mismo trato a los actos del Orgullo Gay que el recibido por la Jornada Mundial de la Juventud Católica, ahora otro miembro de dicha formación se ha metido nada menos que… con personajes de dibujos animados.
La «fenómena» no es otra que Tania Sánchez, diputada de Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid, para la que los protagonistas de la serie «La vuelta al mundo de Willy Fog», creada por Claudio Biern Boyd, eran «machistas» y «colonialistas». Y se quedó tan pancha y tan feliz por esa denuncia social que a buen seguro habrá agradecido enormemente el pueblo al que ella representa, o cree representar.
Uno no llega a saber si es más raro que hiciera esa afirmación o que la pronunciara en un programa de Intereconomía. Sí, es que, aunque parezca mentira, su señoría estaba de invitada este miércoles por la noche en el espacio «El gato al agua», demostrando éste el tono «liberal» del que siempre ha hecho gala, ofreciendo sus micrófonos a cualquier fuerza política que los requiera o acepte.
Ya crecida, Tania Sánchez confesó que ella era más de «La bola de Cristal», porque, según ella, «el mal era claramente el capital y su aliada la bruja Avería». De haber seguido no habría dejado títere animado con cabeza, lo mismo había tildado a Shin-Chan o Doraemon como la reencarnación del mismísimo diablo. Hasta los políticos ya recurren a las sandeces para poder tener su momento de gloria en televisión.
El propio creador de la serie, también presente en el plató, le indicó que las quejas se las tendría que hacer a Julio Verne, «que era francés y del siglo XIX» (no se sabe si dudaba del nivel cultural de su oponente), mientras el presentador, Javier Algarra, el hombre de los mofletes más rellenitos del urbe televisivo, le comentaba a esta diputada que los suyos eran «unos comentarios poco feministas». Habrá que ver quién es la próxima víctima de la siguiente enajenación mental de nuestros políticos.