-Esta es la primera temporada al frente de «Las mañanas de Cuatro» en la que usted ha hecho realmente pretemporada…
-Sí, aunque lo que hemos hecho en verdad ha sido no parar. No ha habido torneos de verano porque hemos estado siempre jugando. Lo cierto es que cuando empecé en mayo el programa piloto ya lo hice en directo. No he cogido ni vacaciones para intentar mejorar la economía española.
-¿Cree por ese motivo que se le va a exigir más en esta temporada o es algo que no le preocupa?
-La verdad es que el primero que me exijo soy yo mismo. Es mi forma de ser. En el programa nos gusta exigirnos porque tenemos la mentalidad de hacer las cosas cada vez mejor. Es evidente que la TV cada día es un dato de audiencia, pero es cierto que lo que más nos preocupa es eso, que el espacio cada vez esté más asentado. No ha pasado tanto tiempo desde mi llegada en mayo, por lo que se trata de consolidarse poco a poco.
-¿Competir contra espacios como «Mujeres, hombres y viceversa» o «La ruleta de la fortuna» es más complicado que hacerlo con las «reinas» de las mañanas?
-Con quién competimos o con quién no es algo complicado de determinarlo. Lo hacemos con el resto de cadenas, porque ya no son los tiempos en los que sólo había un canal. La tarta se ha abierto mucho y es una locura. Nos preocupa hacer el mejor programa y a partir de ahí es el público quien decide.
-¿Le vale con ganar a García Ferreras en La Sexta, es su gran «enemigo»?
-A día de hoy no tengo grandes enemigos, no me marco ninguno en nada. No debemos fijarnos sólo en uno, sería un error.
-Dicen que la política en los magazines matinales se identifica más con los radiofónicos que con los televisivos…
-Política son muchas cosas y nosotros hablamos del recorte en las pensiones, el nuevo copago de sanidad, la investigación de la niña que han matado en Galicia, la reforma educativa… Realmente qué es política y qué no. Enfocamos el programa en lo que preocupa a la gente, que conecte con las inquietudes de la calle. ¿Los recortes de pensiones qué son, economía, sociedad, política…? No estoy de acuerdo en que sea un programa político, es más social.
Una de las principales víctimas de la crisis está siendo la verdad
-¿Se le puede dar a todos esos temas el entretenimiento que reclama la TV?
-La mejor forma de hacer un programa es que interese a la gente, que se vea reflejada. Ahora etamos en un momento de una crisis considerable, pero se le puede contar de forma que le ayude a buscar soluciones, eso puede despertar su interés y que conecte con nosotros. Si se trata de divertirse uno puede hacerlo viendo la cantidad de cosas que ha dicho hace poco Celia Villalobos y hay a quien le cabrea. Intentas contar la actualidad de una manera atractiva, que no sea barroca, y ahí es clave tener un lenguaje natural, el mismo que practica la gente en la calle. Si una cosa es un recorte es un recorte, hay que llamar las cosas por su nombre. Una de las víctimas de la crisis está siendo la verdad, están tratando de edulcorar las cosas de una manera que nadie entiende. La gente sabe muy bien cuando le metes la mano en la cartera y cuando no.
-A usted le tildan de «analista político». ¿Le gusta el término o le molesta precisamente por lo mal visto que está todo lo relacionado con los políticos?
-En realidad la política engloba muchas cosas, va todo relacionado, no hay nada malo en eso. Ahora mismo la gente esté cabreada con los políticos porque algunos lo estén haciendo mal, pero también tienen que tener claro que una sociedad democrática debe pasar por una organización política.
-¿Se está siendo justo con la clase política?
-Es muy evidente que la situación de malestar que hay en la gente tiene su sentido. En muchos casos vive en una crisis que ellos no han provocado. Si en España pincha la burbuja inmobiliaria es porque hace años la misma se hinchó demasiado. Si padecen recortes en educación y sanidad y no han sido ellos los cupables, por lo que es normal que consideren que los que administran sus cuentas son las personas que han votado y que no lo han hecho como han debido. Dentro de la responsabilidad general hay unos responsables mayores, ha habido dirigentes y un sistema financiero que no han estado a la altura. Todo sin generalizar, porque hay políticos muy buenos y otros no tanto, como ocurre con los banqueros o los mismos periodistas. Entre los principales responsables de esta crisis la gente tiene clarísimo de todas formas quién está.
-¿Ve factible dar en su programa la noticia del fin de la crisis?
-Ahí está la madre del cordero, que esto de que se ha acabado la crisis no es lo mismo que nos han dado los Juegos Olímpicos. Ahora mismo se nos está contando que se ve la luz al final del túnel, pero eso no significa que se haya acabado la crisis porque no va a ir de hoy para mañana. Por mucho que vaya yendo mejor, la economía a pie de calle va a tener que tener todavía un recorrido muy largo. La clase media y la baja están más castigadas en esta crisis y eso va a costar. Ojalá pudiera anunciarlo, y que el que está en el paro encuentra trabajo, pero no lo veo. Quizás pueda contar antes que el Madrid ha ganado la Champions o que el Numancia, por lo que me toca, sube a Primera. Si queremos contar a la gente las cosas como son hay que decir que lo del final de la crisis va a llevar un tiempo. Algún día llegará, porque la economía son ciclos y no podemos estar siempre así.
-¿En su programa, por ejemplo, se dice siempre la verdad?
-Siempre he dicho lo que pensaba, para bien o para mal. Nunca me he debido a nadie, sólo a lo que yo pienso y digo lo que creo. Hay que ser honesto y decir lo que uno piensa. A veces me he visto en programsa en los que era yo contra cuatro o cinco, pero eso no ha bastado para que no dijera lo que pensaba. En mi programa el compromiso es con la verdad y lo que está ocurriendo, pero la verdad se puede contar desde muchos ángulos y por eso tenemos a gente que opina muy distinto. Lo que tratamos de reflejar es que se puede pensar de forma muy diferente.
Crisis y corrupción son los dos temas que más interesan hoy
-¿A un programa como el suyo le es más «rentable» esta situación de crisis o le iría mejor si hubiera una bonanza económica?
-Soy bastante joven, tengo 36 años y llevo trabajando en el Periodismo desde que empecé la carrera y siempre me he dedicado a la información, y noticias siempre ha habido que contar. Crisis y corrupción son los dos temas que más interesan en la actualidad, de la misma forma que hace años lo principal era el terrorismo, cuántos informativos no hemos abierto con las noticias de ETA. Siempre ha habido temas de los que hablar, aunque ahora sí es cierto que hay mucho consumo de actualidad porque la gente está preocupada por lo que ocurre y no se le está diciendo la verdad, se les mete la mano en la pensión y dicen que es un ahorro…Y lo mismo hablo de los ERES de Andalucía que del caso Bárcenas, donde explicaciones claras no existen, el periodismo va por delante de lo que cuentan los políticos.
-Ha tenido que dejar sus clases de profesor asociado a la Carlos III…
-No tenía tiempo, yo me levanto sobre las cinco de la mañana, porque el programa lo hago sin telepronter y me leo la prensa antes de la reunón de la mañana y me estoy dedicando tanto a él que no me da tiempo. Tal y como está el patio, he podido disfrutar tanto en las clases o en las conferencias que he dado o en el programa. He tenido suerte de poder hacer esto y no me puedo quejar porque hay muchos que están sin trabajo.
-¿Pasó el mal trago de su salida de la SER?
-No lo considero un mal trago porque no he parado. Fue salir de la SER y empezar a trabajar en TV, como colaborador.
-¿Qué le aporta la TV que no le aportara la radio?
-De entrada una experiencia nueva. Estuve muchos años en la radio y ahora llevo un par de años y es una nueva aventura. Creo que es buenísimo para refrescar el cráneo, un reto para la gente que tratamos de movernos, de hacer cosas distintas, de innovar… Todo esto enriquece y los que podemos hacerlo somos unos privilegiados proque la profesión está muy castigada y hay gente tan válida o más que yo que no está trabajando. Hay algunos que están especializados en un medio pero a mí me gusta estar abierto a todo. Tal y como está todo he tenido mucha suerte.