Hace una semana, Emma García casi colapsa la red por enseñar «canalillo» en un programa que estaba dedicando al caso de Asunta. Aquí se le criticaba no por si era provocativo o no el vestido sino por la idoneidad o no de lucirlo en un reportaje así. En Turquía no se han andado con tantos miramientos y han puesto de patitas en la calle a la presentadora Gödze Kasun por lucir un escote «excesivo».
Ese es uno de los adjetivos con los que lo calificó Hüseyin Çelik, el portavoz del gobernante Partido Justicia y Desarrollo. Según él, «aunque no nos metemos en la vida de nadie, esto es demasiado. Es inaceptable». Un día después de sus comentarios, Tras estas palabras, la cadena Atv le comunicaba a la conductora del concurso Velihat que prescindía de sus servicios.
Eso sí, los motivos que le dieron para justificar el despido fueron muy diferentes, calificando de «pobre» su actuación. De cara al exterior manifestaron que la actriz no podría estar ya en el próximo programa debido a «su apretada agenda». Kansu ya estaba en la lista negra de la cadena desde que el pasado mes de junio apoyase las protestas antigubernamentales que no habían caído muy bien dentro del Ejecutivo turco.
Y es que desde la llegada al poder del AKP, en torno a un centenar de periodistas o profesionales de la comunicación han sido despedidos de sus medios por «sugerencia» de miembros del gobierno, que les hacen saber a sus directivos qué personas se están pasando de la raya con sus comentarios para que éstos actúen en consecuencia.
Hay que tener en cuenta que en Turquía los medios de comunicación son en su mayoría parte de grandes conglomerados empresariales, con intereses en diversos sectores, desde la industria a la banca (la cadena NTV, por ejemplo, es propiedad del mismo grupo comercial que el banco Garanti), de ahí que precisen mantener buenas relaciones con las actividades.