viernes, octubre 11, 2024
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María León: «Montoro debería trabajar junto a Jorge Javier Vázquez»

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-Acaba de terminar el rodaje de «Con el culo…» y ya está preparada para empezar la nueva película con su hermano y su madre…

-Estoy ilusionadísima, supercontenta, tengo unas ganas enormes de estar en Sevilla con mi madre y mi hermano. La sensación es muy emocionante, me voy a pegar un viaje donde mi hermano nos va a dirigir y mi madre y yo haremos como dos chicas pequeñas que van de la mano y diremos todo el rato ¡vale Paco! Estoy muy contenta porque nos dirige una de las personas que más conocemos y amamos en el mundo, como es mi hermano Paco y en quien más confiamos por su talento. Además, es un suerte tener un director que te diga haz lo que quieras con el pelo que ya hablaremos el lunes, que me permita hacer con mi personaje lo que me dé la gana.

-Vamos, que es un «chollo» de director…

-La suerte que tengo es que tengo un hermano que nos adora, tanto a su madre como a su hermana. Cuando nos dirige le ves cómo le brillan los ojos y se lo pasa muy bien. Sabe que tiene tanto poder sobre nosotras que en realidad el que manda es él, nosotras hablamos mucho y él muy poco, por eso él es más inteligente.

-¿Rivalizan en casa por ver quién es el más famoso?

-No, porque esperamos que siga siendo Paco, que es el que mejor lleva todo esto y el más inteligente. 

-Sólo falta que se suelte su padre…

-Poca gente sabe que ha actuado siempre en Carmina, como mi tío, mi tía, mi perro y toda mi familia, lo que pasa es que no saben quién es él. Es un señor que nos ama y se divierte con cada petardez que hace su hijo, es igual de inteligente que él y por eso se mantiene en otro segundo plano. Siempre está actuando y volverá a hacerlo, también ha salido mi sobrina, mi abuela, mi vecina, las amigas de mi madre, todos los que salen son familia. Tenemos una familia que nos apoya mucho, que se mete en los líos que les metemos y no les importa.

-A la que cada vez le importa menos ponerse ante las cámaras es a su madre…

-Es que ha sido una sorpresa el talentazo que hemos encontrado en mi madre. Estamos con ella como los niños pequeños con sus juguetes. Se va a estrenar ahora «¿Quién mató a Bambi?» y ella tiene un papel pequeño y tras el pase de prensa me llamaron diciendo que mi madre era Marlon Brando, que qué maravilla de madre, que cómo puede ser tan grande. También tengo otro hermano guapísimo que sale en la película que no sabe la gente quién es, Alejandro. Es militar pero está acostumbrado a lo nuestro porque somos familia de circo, nunca ha faltado en casa, el que no canta baila, el que no escribe, el que no toca el piano… 

-¿Se ve también de directora como su hermano?

-No me atrevería a dirigir, sobre todo teniendo el talentazo que tiene mi hermano, tengo que aprender mucho aunque quizás pueda algún día. En esta profesión no dejas de aprender y quizás me de por coger una cámara y no dirigir sino grabar. Espero hacer más cosas que actuar, pero de momento lo que me apasiona es esto y si tengo algún hueco quizás haga más cosas.

-Lo del «talentazo» se le presuponía a usted después del Goya por «La voz dormida»…

-No, yo he tenido la oportunidad de tener unos personajes maravillosos entre las manos y creo que los he sabido aprovechar, pero el talento sin trabajo no es nada. Como dice mi madre, cuando uno hace esfuerzos tiene recompensas y yo he tenido la suerte de tener un hermano y una madre estupendos que me han sabido aconsejar y además mi esfuerzo. Paco es una persona muy talentosa porque todo lo que hace lo convierte en oro. Los premios no reconocen al más talentoso sino el trabajo y el esfuerzo y la evolución que tienes como actriz. Esperemos que haya muchos otros talentos por ahí de los que yo me pueda alimentar.

-¿Esperaba recibir aún más papeles por premios como el Goya o la Concha de Oro de San Sebastián?

No, proque normalmente cuando te dan premios es cuando dejas de trabajar. Tenemos muchísimos ejemplos de actores que están en casa con 800 premios y no hacen nada. Son reconocimiento, nada más. Al recibir el Goya yo me asusté más que alegrarme, me preguntaba si ahora me iba a quedar con el Goya en casa y parada. Yo he podido seguir aprovechándolo, aunque lo malo es que desde entonces no he dormido.

-¿Tiene pesadillas con la estatuilla?

-Jajaja. No, es que desde hace ocho meses no duermo más de cinco horas seguidas por el trabajo. He tenido suerte y no me puedo quejar, pero lo mismo que me ha vendio para bien habría tenido que demostrar el doble que los demás, porque los premios lo que te dan es responsabilidad, todo el mundo te mira, está deseando que falles para que digan «ves, no se lo merecía tanto». Son trajes para tú equiparte y hacerte más fuerte, y esperemos que no se olviden de mi nunca.

-El que nunca se olvida de ustedes es el ministro Montoro, que dice que no hay calidad en nuestro cine…

-Me da vergüenza que ese señor esté tan mal informado, porque no tiene más que ver las taquillas del cine español. Qué pena que tengamos un ministro que no defienda lo bueno que tiene este país  y que haría mucho más en el «Sálvame» diario, es un puesto que le vendría muy bien para trabajar porque es un sitio donde se discuten cosas que no tienen sentido, como lo que él ha dicho. Se podría ir con Jorge Javier porque tendría muchos años de trabajo y a el se le quitaría la crisis. Repito, me da vergüenza que tengamos gente en este país que hablen sin tener idea de lo que dicen, que se informen antes por favor, no es de recibo que un politico puede decir esto. Que lo diga mi sobrina o mi abuela, porque no lo entiendan, pues vale, pero un ministro…

-Bueno, olvídese de él, que ya no va a tener que madrugar para ir al camping…

-Sí, era complicado porque hacía un frío horroroso pero algo duro tenía que haber en esta profesión. De todos modos nosotros nos lo pasábamos tan bien  que qué menos que tener frío. Es como cuando los niños van al colegio con la cara de dormiditos, que dices qué pena pero luego se alegran al estar con los compañeros en el colegio. A las cinco de la mañana nos acordamos de todo el mundo, pero a las seis estábamos meados de la risa, todos contando chistes, proponiendo cosas, hablando del guión…

-¿La TV la hace porque le gusta o porque hoy en día hay que hacerla?

-Evidentemente porque es mi trabajo, si no existiera a qué me dedico yo, me gusta actuar, el cine, el teatro, son como los hijos. A mí me gusta interpretar mucho y por suerte yo soy afortunada y no paro, me gusta trabajar en TV, cine y teatro, son cosas diferentes que no tienen nada que ver teniendo mucho en común. La TV es una escuela para los actores, para tenerlos activos y vivos y es uno de los sitios más difíciles para sacar resultados porque cada vez es más difícil. Si no existiera la TV estaría en mi casa acostada, algo que no me gustaría.

-Al menos podría ver a sus amigos…

-Eso sí, porque mi «hermana» Inma Cuesta, que vive peurta con puerta conmigo, me dice que no me ve y eso que ella trabaja mchísimo como yo, pero yo no estoy nunca en mi casa. Por suerte, como he dicho, no he tenido tiempo de parar y dejar de madrugar. En diciembre voy a tener un mes de vacaciones que disfrutaré con mi familia, pero ojalá esteé mucho tiempo así, porque, también como dice mi madre, todo el esfuerzo que yo haga ahora me lo recompensará la vida. Ya tendremos tiempo de descansar luego.

-¿Se lleva el trabajo a casa?

-Los personajes cada uno los trabaja como puede, yo los siento míos aunque no tengan nada que ver conmigo, pero con la serie y con la película «Marsella», en la que daba vida a una chica toxicómana alcohólica que lucha por su hija, y ahora con el de «Carmina y amén», una peluquera que quiere salir del barrio, en siete meses me he hecho tres personajes muy distintos. En vez de María sería un gusanito. Yo disfruto y me los llevo en mi corazón, pero a mi casa no.

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