-¿Puede evolucionar un personaje como el suyo en la nueva temporada de «Con el culo al aire»?
-Digamos que algo sí, porque mi mujer me aprieta un poco más y tengo que claudicar metiéndome en un bar a trabajar y por tanto descubro que soy el único que tiene nómina en el camping, por lo que ahora soy además el líder bancario. Por eso lucha por no tener nómina. Donde no cambia tanto es en las tramas familiares.
-Decir que no quiere nómina en estos tiempos es casi un pecado…
-Sí, porque además me van a decir que trabajamos en negro. Mi personaje es un espíritu libre, quiere ser emprendedor por sí solo, llevar su propia churrería, pero si me lo pregunta a Paco Tous le diría que todos deberíamos tener nómina en este país.
-Y supongo que vivienda, en vez de vivir en un camping…
-Por supuesto, no se puede decir que el camping sea una opción, para nada, todos los españoles tienen derecho a una vivienda digna.
-No ha empezado a emitirse la tercera temporada y ya piensan en la cuarta. ¿Se ve otros cinco años como en ‘Los hombres de Paco’?
-Pues benditos sean, sobre todo cuando haces un trabajo que te gusta, que te satisface, y con este equipo y productora yo sí firmaba cinco años.
-Para esta tercera temporada se incorporan muchas caras nuevas. ¿Se puede resentir la convivencia?
-No me gusta decir que es un ambiente guay porque lo que tenemos es un buen ambiente de trabajo y en ese sentido sabemos lo que significa ser un capitular. Por ese motivo nos empeñamos en acoger al compañero que llega, para que cuando te pase a ti, te acojan igual. Cuando la casa está hecha, entrar de nuevo cuesta y entre los actores nos hacemos ese favor.
-¿Qué temas sociales van a tocar en esta ocasión?
-Se va a tocar muchos, entre ellos los de la educación y lo de las preferentes, ya que, al igual que la gente que invirtió, vamos a tener ese problema, que es muy grave porque ya no sólo se juega con tu dinero sino también con muchas ilusiones, igual nos pasa. En este caso el camping penderá de un hilo por ese motivo.
-¿Pretenden reivindicar algo?
-No se trata de herir mucho a los políticos, se pasa quizá algo por encima, pero tampoco se hiere a los banqueros, no se va contra ninguno de ellos porque no es una serie que tenga ese tono clarísimamente político. Hablamos más de los efectos que produce lo que gobernantes aplican, nos basamos más en realidades humanas que en una crítica al gobierno y a los políticos. No pretendemos ser líderes de un movimiento, pero lo que está claro es que en el tema de las preferentes no sólo se ha jugado dinero, sino de gente mayor. En un país, al margen por ejemplo de la educación, uno de los pilares fundamentales es la vejez, poder tener una vejez digna.
-¿Y qué hace un actor teatral metido tan de lleno en la TV?
-Esas cosas pasan, mi único objetivo es seguir trabajando y es verdad que me da igual en el teatro, cine o TV. Mi formación ha sido teatral pero mis últimas experiencias en el cine, cuando hice de Tejero en el «23-F», y «Somos gente honrada», con el Terrat y Vaca Films, también fueron experiencias buenas. El trabajar ahora en TV no sé si fue un paso adelante o atrás. Mi ilusión es trabajar y me siento privilegiado porque mi profesión tiene un ochenta y tantos por ciento de paro. Nada más que por eso no me gustaría evaluar si un trabajo es mejor que otro, el que haga lo voy a hacer con toda la fuerza.
-¿La TV es el «maná» para el actor español en estos momentos?
-No, la gente de TV diría que también aquí está la crisis, por la reducción de la publicidad y todo eso. Que quizás hay más trabajo, sí. La Cultura no necesita un milagro sino realidades, por ejemplo que quiten el 21% de IVA.
-¿La crisis ha terminado con su compañía teatral?
-Yo he tenido que cerrar mi compañía de teatro porque no la podía mantener y porque las giras se han venido abajo y una entrada vale mucho dinero, más representantes, autores… Es muy difícil embarcarse en algo. Si quitasen el 21% de IVA podríamos vivir mejor. Que se lo piensen, que el dos por ciento de cero es cero, que en Cultura no vendemos hierro y maderas, pero es algo muy necesario. Al menos eso se ha dicho siempre. A lo mejor nos estamos equivocando y la cultura no es algo que quiera el gobierno, dudaría si la quiere.
-¿Será porque los actores españoles, como su cine, no son buenos?
-Al ministro Montoro ya se le contestó debidamente, y yo me sumo a ellas, es imprudente. Parece que siempre los españoles apostamos por lo de echar tierra en el tejado. Cuando nominaron a Penélope Cruz, aquí hubo gente que se preguntó qué hacía ella compitiendo con gente como Meryl Streep. En Europa no hay ningún 21% de IVA para Cultura, por lo que se podría decir que aquí estamos deliberadamente contra ella. No digo que haya una mala intención, pero cuando dicen que hacemos mal cine, dudo de lo que está pasando. Tengo claro que lo de Montoro es una revancha contra el mundo de la Cultura, cuando nos llamaban pancarteros, porque si no, no lo entiendo.