Canal 9 le dio la alternativa a finales de los noventa, con espacios como ‘Guanye qui guanye’ o ‘Tele marinera’ y ella, natural además de Concentaina (Alicante), nunca lo ha olvidado. Por ese motivo Carolina Ferre siente como la que más el cierre anunciado de RTVV y asegura sentir una «tristeza enorme» por algo que define como «un destrozo político y económico que se ha ido fraguando con los años».
En declaraciones a Estrella Digital la presentadora, a la que su labor en el canal valenciano le sirvió para fichar por Telecinco en 1999, cree que «los políticos han tratado con muy poco cariño siempre a Canal 9», y lamenta que «como ocurre en muchos casos, con ella se han enriquecido unos pocos mientras que los grandes perjudicados eran los trabajadores de la casa y sus familias».
Es tal su estado de frustración por la decisión del presidente Fabra que incluso se atreve a catalogar la misma como «uno de los mayores desastres que ha vivido la sociedad valenciana». Y es que es consciente de que «la sociedad valenciana en general, y los medios y el sector audiovisual en concreto, tienen ahora mismo muy pocas salidas laborales».
Para ella, «la RTVV en sí necesitaba una reestructuración desde hace muchos años, porque estaba sobredimensionada, pero lo que tenía que haber primado ahora era el diálogo entre la empresa y los sindicatos para que, por encima de todo, se respetaran las plazas que por oposicion habían sacado muchas personas».
Según ella, el Expediente de Regulación de Empleo que se hizo «estaba muy mal hecho, era arbitrario y a dedo», lo que no quita que no entienda la manera de resolverlo todo, «se ha cortado por lo sano, de una manera surrealista y por un gobierno que, por mucho que lleve gobernando en Valencia, no deja de ser de paso, como todos los gobiernos, y por tanto no puede cerrar una cosa que es de todos los valencianos».
Agradecida a su pasado
Carolina Ferre todavía recuerda con enorme satisfacción su paso por la cadena, por lo que cree que «aunque llevo sin trabajar allí desde hace muchísimos años ahora debo estar con mis excompañeros». La presentadora subraya que «a Canal 9 se lo debo todo, allí lo aprendí todo y trabajé con unos equipos estupendos e hicimos una muy buena televisión y con buenas audiencias».
En esos últimos años del pasado siglo nada podía lógicamente presagiar este desenlace ya que «era una tv emergente por aquel entonces y todo funcionaba». Lo malo para ella es que «con el paso del tiempo la gente se ha ido desenganchando de una televisión con la que no se sentía reflejada».
En ese punto desvela que «muchos de los trabajadores de ahora entonan ahora el mea culpa, sobre todo los de los servicios informativos, donde se concentra todo el peso político, por pensar que en algunas ocasiones se podían haber rebelado, pero también hay que tener en cuenta que se estaban jugando sus puestos de trabajo, que había familias detrás y el poder seguir comiendo». Según ella, «muchos reconocen que podrían haber delatado muchas barbaridades y decisiones políticas, pero era complicado».
La presentadora no ve ya ninguna solución al conflicto, «quizás se pueda reconducir de otra manera, pero no lo veo», aunque cree sin embargo que «si algo positivo podemos sacar de esta situación es que todo esto puede tener alguna consecuencia política». Aunque también es consciente de que «en España es muy difícil hoy en día que alguien dimita», sí está convencida de que «algo va a pasar, porque la gente está muy cabreada y enfadada y algo va a cambiar, sino ahora quizás en las próximas elecciones».