-Segunda temporada en el fin de semana. ¿Molesta eso de trabajar cuando los otros descansan o prima más lo de trabajar dos días en vez de cinco?
-Trabajamos tres días intensivos para elaborar cuatro informativos que -pretendemos- sean diferentes entre sí, con el lógico denominador común de las 5 ó 6 noticias destacadas del día. No solo no me molesta el turno, sino que lo valoro especialmente después de cuatro temporadas en el matinal, levantándome a las dos de la madrugada para ir a la tele, compaginando mi labor diaria con la crianza de un hijo. Es curioso, he pasado la mayor parte de mi vida profesional en el fin de semana. Ahora, en Antena 3 Noticias, y años atrás, en otros medios. Voy a contracorriente, cierto, pero me compensa. Ejerzo, vivo de mi trabajo, disfruto… Soy una privilegiada.
-¿Cómo valora su primera campaña en el finde, se cumplieron sus objetivos?
-Ya lo creo, estamos muy satisfechos por la confianza que pusieron en nosotros los espectadores, reflejada en unas audiencias estupendas. Esperamos seguir manteniéndola, en ello estamos cada fin de semana.
-¿Lo mejor de los informativos del finde es que la política puede tratarse como un tema menor, o ésta nunca puede tildarse como tal?
– El fin de semana nos da cancha para contar otras noticias no ligadas necesariamente a la actualidad del día. Y eso es un plus, creo yo. Nuestros informativos suelen durar más que los diarios, tenemos más tiempo -por lo tanto- para introducir informaciones sociales y culturales. De todos modos, siguen siendo centrales la política, la economía, las noticias internacionales y otros temas «serios», que interesan a nuestra audiencia. Apostamos por un producto riguroso y ameno.
-¿El haber trabajado en la competencia, aunque fuera en CNN +, le hace mirar de otra manera a la misma?
-A la competencia siempre hay que respetarla y, a ser posible, seguirla y conocer sus propuestas, su visión de la actualidad. Seríamos unos necios si perdiéramos la curiosidad y nos encerráramos en nosotros mismos. Para mejorar, sacamos partido de lo mejor que ya tenemos, obviamente, pero también observamos lo interesante del entorno y tomamos nota.
A la competencia siempre hay que respetarla y, a ser posible, seguirla
-¿Un periodista compite contra otros periodistas o las «batallas» por la audiencia sólo enfrentan a programas?
-En mi humilde opinión, un periodista debería intentar competir consigo mismo para ser cada día mejor profesional. Ésa es la auténtica batalla. Y no menos importante, en este medio, saber trabajar en equipo. Aprender a aportar y a ceder.
-¿Le gusta que la recuerden que en su día fue sustituta de Susanna Griso o, como en el fútbol, mejor siempre ser titular que suplente?
-Esa sustitución fue algo puntual, guardo un gran recuerdo de aquella experiencia, del equipo entero, de Susanna. Y se lo tengo que agradecer a la directora de informativos, Gloria Lomana. Ha confiado en mí para eso y para otros cometidos importantes. Quizá el más histórico que he vivido en Antena 3 haya sido conducir una noche, 10 horas seguidas, un especial «elecciones EE.UU.» junto a Matías Prats. Aquella noche un afroamericano -Barack Obama- logró la presidencia de su país. Muchas veces he sustituido; otras tantas me han sustituido a mí, es ley de vida. Lo mejor, siempre: poder trabajar.
-¿Orgullosa también de haber estado en COPE o, como a ésta se le critica tanto, mejor silenciar eso?
-‘Diario de Cádiz’, Vía Digital, COPE, Canal 7, CNN+, ahora Atresmedia… Al contrario. MUY orgullosa. En todos y cada uno de estos medios he podido aprender, crecer y hacer amigos.
-La COPE, Telemadrid, Intereconomía, la mismísima TVE… ¿Entiende que se critique a medios por la forma de entender la información?
-Como sabe, he formado parte de empresas tildadas de «progresistas» y de otras que están ubicadas, ideológicamente, en el lado contrario. Cada medio de comunicación tiene una línea editorial concreta, un determinado público. Y el deber de cualquier periodista -trabaje donde trabaje- se resume en su propia honestidad. Si eres profesional y honesto, te irá bien en todos sitios. Lo que no entiendo es que a un reportero, de entrada, le amenacen o le agredan en un acto, en la calle, en una cobertura determinada, por ser de tal o cual medio. Lo que no entiendo es esa intolerancia irracional y a veces violenta, por motivos ideológicos. Venga de donde venga.
-¿Trabajar en una TV local, como en su caso en Canal 7, es realmente tan distinto que hacerlo en una nacional, sueldos al margen?
-A menos plantilla, más trabajo a repartir para cada periodista. Eso es lo que suele pasar en las teles, radios y periódicos locales. Haces de todo un poco. Te curtes. Son excelentes canteras. Cuando trabajé en Canal 7 mis compañeros eran, entre otros, Pilar García Muñiz -ahora presenta el telediario de las 15 horas en TVE- y Juan Ramón Gonzalo, hoy director de «AR», en Telecinco.
Años después, en una gran televisión nacional -como la mía- tengo la fortuna de trabajar junto a muchos profesionales brillantes. Algo se te pega de ellos. Y tu responsabilidad periodística, lógicamente, aumenta: es directamente proporcional al número de espectadores.
-¿A sus 39 años ya considera que ha vivido de todo en esta profesión o ve la botella medio vacía y aún cree que puede aprender y experimentar muchas cosas?
-Lo maravilloso de este oficio es que una nunca aprende ni sabe lo suficiente, cada día puede ser… sorprendente en lo laboral. Al revés, los años de experiencia te hacen comprender que te queda todo por hacer…, muchísimo que aprender y experimentar. Lo mejor es que sigo teniendo todas las ganas del mundo.
-¿Hay algún formato por el que ahora mismo dejaría los informativos?
-«Nunca digas de este agua no beberé», cierto. Pero me apasiona mi trabajo, no tengo en mente cambios laborales, solo quiero aprender y mejorar. Todos los días doy gracias por estar dónde y con quiénes estoy.