Medios británicos han atribuido esta semana al artista callejero Banksi un graffiti aparecido en Cheltenham, localidad en la que está ubicada el Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno británico (GCHQ), centro de escuchas de los espías británicos.
El graffiti denuncia estas escuchas representando a tres espías vestidos con gabardina grabando las conversaciones que tienen lugar en una cabina de teléfonos que rodean.
El misterio que rodea al artista, del que no se conoce la identidad, hace difícil autentificar la obra, aunque los medios locales ingleses la han dado por auténtica. Banksy saltó a la fama en los 90 gracias a sus murales cargados de ironía social en Londres y Bristol.