La cinta de Clint Eastwood, 'American sniper', relata la historia de Chris Kyle, un marino perteneciente a los SEAL (Sea and Land) de la Armada de los Estados Unidos. Una biografía de un hombre que se convirtió en leyenda por matar a casi 255 personas, de las cuales 160 confirmadas, en la invasión de EEUU a Irak.
Eastwood pretendía reflejar la vida del mayor francotirador de la historia desde hace más de 3 siglos. La película, aparte de 6 nominaciones a los Óscar, tiene muchas críticas a la espalda, y solo ha pasado un mes desde su estreno en EEUU.
A lo mejor la pregunta que hay que responder para solventar las controversias, es qué se considera una leyenda hoy en día, ¿un asesino? El héroe americano que se saldó la vida de cientos de personas por luchar para defender a su país. ¿Una leyenda aquel que mata por la espalda a metros de distancia?
Muchas críticas ha generado el estreno del film -basado en el libro escrito por el propio protagonista- que vanagloria a un asesino. Algunos no están de acuerdo con que se ensalce la figura de una persona que acarrea tantas muertes a su espalda, otros sin embargo están muy orgullosos de que se refleje el espíritu americano. Para algunos es el asesino de iraquíes; para otros, el salvador de cientos de soldados americanos.
Un hombre que se ve impulsado a alistarse en la marina al ver los atentados que están causando en su país -véase la caída de las Torres Gemelas el 11S-. Bajo la consigna “dead or capture”, Kyle tiene la misión de proteger a sus compañeros. No era un campo de batalla sin normas, las había. No podía matar a nadie que no estuviese armado, pero eso no significaba no poder asustar a aquellos que no lo estuvieran.
«Dead or capture»
Tras cuatro tours en Irak, Kyle vuelve a casa. Pero ya no puede huir de la guerra. Los disparos, las metralletas y las muertes forman parte de su vida. Diez años de guerra que le perseguirían durante el resto de su vida. O no. Kyle es asesinado por un exmarine que también estuvo destinado en Irak con él. El asesino, asesinado.
Diez años por toda una vida. Podría ser la frase que resuma su biografía. Después de matar a unos 200 insurgentes iraquíes, el francotirador no puede olvidarse del campo de batalla en el que se hizo fuerte. No es capaz de sentarse delante del televisor sin imaginarse muertes. Después de tanta sangre, Kyle no es capaz de vivir.
La película deja ver algo más allá del lado mortífero del mayor francotirador de la historia. Un defensor de la patria, marido y padre de dos hijos, a los que recuerda a cada instante. Un hombre que en mitad de la guerra llama a su mujer para saber cómo va el embarazo, no puede ser tan malo, ¿o sí? No le tiembla el pulso para matar iraquíes, aunque no es lo mismo cuando a quién tiene en el punto de mira es una mujer o un niño. ¿Los mata? En un 90% de las veces sí, pero por su mente pasan imágenes de su familia y no le resulta tan fácil.
¿Merece la pena luchar por un país que no ves, por dejar a una familia, tu familia, sola? El país es un concepto abstracto que Chris Kyle nunca vería. La familia que dejaba en casa esperando y deseando volver a verle con vida, sí. Lucha por un país, ¿pero qué queda de la familia? La historia americana se basa en la unión de ésta. Los ideales de un héroe americano no se basan solo en la defensa de la patria, también de la familia, pero, ¿qué queda de ésta cuando, durante 10 años, solo sirves a tu país? Nada. Motivo por el cual el francotirador tuvo que abandonar su servicio a los EEUU y centrarse en su mujer e hijos.
La leyenda, el demonio de Ramadi, el héroe americano…el francotirador recibió muchos ‘títulos’ que le ensalzaron como marine y como defensor de la patria. Éste defensor de la patria luchó por su bandera hasta el final, y hasta el final las muertes rodearon su vida, ya que un disparo es lo que le sentenció.