Hace un año fue elegido presidente de la ACE. ¿Se siente extraño, como el protagonista de su último libro, presidiendo a los escritores de España?
A pesar del tiempo transcurrido, aún siento cierta extrañeza teniendo que compaginar la gestión diaria de la ACE y mi tarea como escritor. La ACE genera una importante carga de trabajo administrativo y de organización que hay que coordinar, a lo que habría que añadir la reestructuración que estamos intentando llevar a cabo. La ACE aglutina en la actualidad a cerca de 2.000 autores y tres secciones autónomas: ACE-Traductores, ACE-Autores de Teatro y ACE-Andalucía. Dar respuesta a las necesidades que plantea el día a día requiere dedicación.
¿Qué retos afronta la ACE mirando al futuro más inmediato?
Cuando llegué a la presidencia de la ACE pude observar muchas carencias. Las fichas aún no estaban informatizadas, el personal no manejaba adecuadamente las nuevas tecnologías, la era digital no había llegado a la asociación. Por otro lado, la ACE estaba demasiado cerrada en sí misma, era económicamente deficitaria y se había convertido en una gran desconocida. Nuestra tarea ahora es modernizar la ACE y situarla a la altura de las necesidades de los escritores del siglo XXI.
¿Cuál es el balance?
En la actualidad el 90% de los archivos están ya digitalizados. Tenemos una nueva web (www.acescritores.com) más dinámica, concebida como instrumento de difusión y foco de atracción para nuevas generaciones de escritores. Estamos incorporando a la ACE a las redes sociales más utilizadas por los autores: Facebook, Twiter, etc. En Facebook ya tenemos más de 5.000 seguidores. Muy importante también, los autores que deseen hacerse socios de la ACE ya pueden hacerlo a través de internet, a través de la página web de la asociación que ha sido totalmente renovada.
¿Cómo debe ser la ACE de los nuevos tiempos?
La ACE del siglo XXI debe recuperar el impulso que tenía a mediados de los años setenta cuando fue fundada. Un ímpetu que se mantuvo a lo largo de los primeros años. Con el tiempo aquella vitalidad se fue apagando. En esta línea de actuación tenemos varias prioridades…
¿Qué son…?
Sobre todo tres. Implantar una comunicación fluida, estable y transparente con los asociados. Revisar a fondo nuestra economía, trabajar con austeridad, reorientar el gasto, buscar nuevos ingresos y reducir los costes de funcionamiento. Por último, modernizar profundamente la ACE, intentado equipararla a las asociaciones de escritores más significativas que existen en Europa. Con el objetivo de reducir gastos, entre otras cosas, se ha promovido un cambio de sede que supondrá un gran ahorro. Para ello nos hemos acogido a la oferta de locales que hizo el Ayuntamiento de Madrid a entidades sin ánimo de lucro. A través de un Convenio de colaboración para actividades culturales y de cesión de espacio con la Fundación Germán Sánchez Ruipérez vamos tener una nueva sede en el mes de julio en la Casa del Lector, en el complejo de Matadero.
Por toda España existen diversas asociaciones de escritores de ámbito autonómico o local. ¿Qué relación mantiene la ACE con estas entidades?
En este momento estamos trabajando para recomponer relaciones, reforzar vínculos y establecer si es posible, en un futuro cercano, acuerdos de colaboración con otras asociaciones de escritores que existen en las diferentes comunidades autónomas. Ya hemos iniciado este camino con las asociaciones de escritores de Aragón, Comunidad Valenciana y Euskadi, a través de las jornadas que hacemos con CEDRO. Esta es una labor a la que queremos dar continuidad en los próximos meses. Vamos a mantener encuentros para analizar la situación de los escritores ante los retos del siglo XXI con autores de Valencia y Castilla y León. También hemos tenido un primer contacto con las asociaciones de escritores en lengua vasca, gallega y catalana, así como con la Confederación Europea de Escritores que depende del Consejo de Europa y con el Pen Club Internacional, que ha iniciado un proceso dirigido a renovar a fondo el Pen Club España.
(Aquí Manuel Rico hace un inciso, para referirse con cierta envidia a algunas asociaciones de escritores de otros países de nuestro entorno, que disponen de medios suficientes, otorgan becas o tiene residencias para los autores donde pueden retirarse un tiempo y encontrar “una habitación, con una ventana abierta al exterior, música de fondo y un ordenador” para ejercer su oficio: escribir.)
¿Qué ofrece la ACE a los escritores de hoy?
En la ACE trabajamos para reforzar el apoyo a los escritores, para proporcionar asesoramiento, información actualizada y asesoría jurídica especializada frente a los problemas que se les plantea a los autores. Asimismo, hemos elaborado un decálogo de reivindicaciones en defensa de los escritores.
¿Qué destacaría de ese decálogo?
La necesidad de revisar y adaptar la Ley de Propiedad Intelectual española al ámbito de la Unión Europea, las cuestiones relacionadas con la Seguridad Social, la protección de la actividad del escritor, y la compatibilidad entre la pensión de jubilación y los derechos de autor, asunto que viene generando una gran polémica y en el que la ACE viene jugando un papel decisivo en la Plataforma Seguir Creando, en la que se agrupan más de 40 entidades de todas las disciplinas artísticas.
Para finalizar. ¿Cuál es el camino a seguir para revitalizar la ACE?
Hay que rejuvenecer la ACE. Eso pasa por abrir la puerta a nuevos socios y autores jóvenes, pero también por afrontar acciones formativas para incorporar las nuevas tecnologías a la labor del escritor. Además de los talleres y los cursos de siempre, queremos ofrecer otros para enseñar a los escritores cómo utilizar un blog de manera más rentable o cómo sacar rendimiento económico a una página web. Todo ello contando con expertos en internet, community manager, en venta online, etc. También debemos abordar la cuestión del libro digital, como nuevo formato en el que se están editando libros muy interesantes.
Francisco J. Castañón