martes, noviembre 26, 2024
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Libros velan los rincones

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Francisco Castañón, del poemario “Identidad”

 Mi Patria (fragmento)…

Mi patria desterró las fronteras custodiadas

Por el recelo y la sospecha

e hilvanó puentes cordiales

para dar acogida a la palabra abierta

en tránsito constante

Mi patria son los suelos donde  ondean

banderas que no demandan juramentos,

tejidas con hebras de tolerancia

que las canoras aves reúnen con cautela

para ir amueblando el futuro de entereza

Mi patria es una región donde el sol hace brotar,

como huellas confiadas, los sinónimos de la justicia

y la nieve resquebraja la simiente de la intransigencia

Mi patria, amigos y amigas, es un país aún no inaugurado,

con ínfulas de continente escondido,

en las latitudes de las memorias escépticas

y las utopías conquistables.

 

Antonio Daganzo, del poemario “Juventud todavía”

Los Héroes (fragmento)

No hay tiempo que perder

para medirse eterno.

otra vez, adelante;

esta vez,

como héroes.

Como cantos remotos que volvieran.

 

Amigo,

amiga,

amada:

jamás retrocedamos ante el aire,

amémoslo hasta el fin.

Si no cabe remedio

Muramos siendo jóvenes por siempre.

Nos queda todavía la esperanza

de merecer la gloria,

el suspiro de la sangre

en que habrá de clavarse la belleza.

 

Borja Gutiérrez Iglesias, Rasgando las investiduras.

“Raíces son sinónimo de recordar, respetar, aprender, y superar y mejorar la historia.

Y esa historia de un pueblo se construye desde el día a día, desde el trabajo, el esfuerzo, los sinsabores y alegrías de cada uno de sus habitantes (desde el más pudiente hasta el más humilde), y es en dinámica, activa, a veces amarga, en ocasiones dulce…

En fin, que las raíces de un municipio cargan sobre ellas el peso del pasado, pero deben proyectarse hacia el futuro. Pero ese legítimo orgullo no implica creerse más, mejor o excesivamente diferente que los otros. Es más, lo bonito y elevado sería que todas las raíces del mundo estuvieran amorosamente interconectadas, a través de sinapsis de respeto y solidaridad, destruyendo, disolviendo barreras y fronteras artificiales, limitadoras y, en última instancia, absurdas.

Las raíces se extienden y constituyen la base de lo que será el futuro, el cual, a su vez, generará nuevas semillas… ¡Ese es el ciclo natural de la vida!” 

Ignacio Vázquez Moliní, del Poemario “ En los pliegues del Olvido”

No me importan las banderas

Que enarbolas por las calles.

Mucho menos esos himnos

Que repites sin descanso.

Ni que cualquier palabra

Que digas en tu idioma

La creas más concisa,

Más certera y más hermosa

Que en los otros.

José Romero. El corazón del mundo

Cuando nació en un desconocido lugar de África sus padres se horrorizaron al comprobar que era albino. Por aquellos lares significada, como poco, el desprecio de los demás habitantes del poblado, que concluiría con el destierro o la muerte del desdichado pues los ''desteñidos'' eran conocidos, en la creencia popular, como frutos podridos, producto de los djinn, los diablos más perversos de la naturaleza. Por eso había que mantenerlos a raya. Y si los dioses no lo hacían, deberían de encargarse los humanos.

Fue abandonado por sus desesperados progenitores en una canasta realizada con plantas de banano embreada y arrojado al río Níger. Con la intención de ponerle a salvo de los otros ho,bres, aunque eran conscientes de que ellos mismos le condenaban a una muerte segura. Ciertamente, el infeliz bebé hubiera muerto en cuestión de horas si la corriente no le hubiese llevado hasta la orilla. Allí, en lugar de servir de alimento a los cocodrilos, fue hallado por una vieja mujer, marchita ya; con la flor de la maternidad hundida en su propia alma. Cogió al retoño y se lo llevó a la cálida gruta, escondida en la jungla, donde habitaba.

 

Fernando Vara de Rey, del poemario “Hembras de agua”

SONETO XXI

 

Libros y libros velan los rincones

de los mansos confines en que habito

libros añoro, libros necesito,

que me dejo la vida en sus renglones.

Libros de blanquinegros borbotones:

tratados que sostienen lo infinito,

rimas de sabia estrofa y voz en grito,

remedios de bolsillo, novelones.

Paisaje repujado de anaqueles,

yo en su centro emulando los papeles

del demente y del cuerdo, del bohemio,

del bizarro, del ebrio, del abstemio,

y del poeta lúcido y maldito

que se busca en los versos que aún no ha escrito.

 

Joaquín Vidal. Conspiraciones tóxicas

Un día de 2000 Florentino Pérez y su luminosa corte futbolística aterrizaron en un pueblo montañoso de la provincia de Alicante. había que presentar una nueva peña futbolística del Real madrid, el club que con tanto éxito ya entonces presidía. Luego, una comida con las fuerzas vivas del lugar. El cura, el alcalde, el jefe del puesto de la Guardia Civil, constructores locales, el cronista del pueblo, junto a la pléyade y el aura que entonces desplegaba el jefe de los «galácticos». ¿Y luego? Luego hubo un acto más, previsto por pocos. Florentino Pérez y su equipo se dirigieron, con el alcalde, a un local donde personal de ACS había estado trabajando. Cuando entraron, se encontraron con una sorpresa: una maqueta del pueblo con una significativa novedad, donde antes había sierra y valle, ahora se veía un pantano. Y, en las laderas –representadas con un idílico verde, lejos de la realidad amarillenta y seca–, una colonia de chalets, bajo la bandera blanca, radiante, esperanzadora de ACS.

 

 

J.B.

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