Zagajewski (Lwów, 1945), disidente del régimen comunista que prohibió su obra en Polonia, se exilió en 1982 durante dos décadas en Alemania, Francia y Estados Unidos y es autor de poemarios como «Ir a Lviv» (1985), «Tierra de fuego» (1994) y «Retorno» (2003) y de ensayos como «Solidaridad y soledad» (1968) y «En defensa del fervor» (2002).
Candidato al Nobel desde 2007, el poeta galardonado, que se confiesa admirador de la obra de Antonio Machado, se convierte así en el primer autor en lengua polaca que obtiene el Premio Princesa de Asturias de las Letras en sus 37 ediciones.
Su candidatura fue propuesta por los escritores John Banville y Richard Ford, galardonados en 2014 y 2016, y por el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2001, Krzysztof Penderecki, y respaldada por los investigadores Juan Ignacio Cirac y Roy Glauber (Nobel de Física 2005) así como por Adam Michnik, redactor jefe de Gaceta Wyborcza, y por el Instituto Polaco de Cultura de Madrid.
Graduado en Filosofía y Psicología por la Universidad Jagiellonica, en Cracovia, el autor galardonado está adscrito a la llamada Generación del 68 o de la Nueva Ola, formada por autores decididos a comprometerse políticamente en sus obras, como Kornhauser, Kipska, Krynicki o Baranczak.
Para este grupo Zagajewski creó sus dos principales lemas: «Powiedz prawde» (Di la verdad) y «Mow wprost» (Habla claro) antes de exiliarse durante dos décadas para regresar en 2002 a Cracovia, donde reside y es coeditor de la revista literaria «Zeszyty literackie», que se publica en París.
En la década de los setenta se unió al grupo de disidentes de Cracovia, «Teraz» (Ahora), dos años antes de publicar su primer poemario, Komunikat, al que siguió la novela «Cieplo zimno» (Caliente y frío) a la vez que difundía sus ideas en la revista clandestina «Zapis», uno de los principales medios de la oposición democrática polaca.
Tras publicar «Sklepy miesne» (Carnicerías), la persecución del régimen comunista le condujo al exilio en París, donde publicó la novela «Cienka kreska» (Trazo) y el poemario «List. Oda do wielosci» (Letra. Oda a la pluralidad), y en su siguiente ensayo, «Solidarnosc i samotnosc» (Solidaridad y soledad), el autor expuso sus tesis sobre el compromiso político de los escritores.
Tras viajar en 1988 a Estados Unidos para trabajar como profesor en el Creative Writing Program de la Universidad de Houston, con el poemario Plótno (1990) evolucionó a una contemplación poética alejada de la combatividad de sus primeras obras.
«La poesía está en otra parte, más allá de las inmediatas luchas partidistas, e incluso más allá de la rebelión -aun la más justificada- contra la tiranía», afirmó entonces.
Entre sus temas recurrentes están la noche, los sueños, el tiempo, la eternidad, el silencio y la muerte dentro de una poesía que, a su juicio, debe conjugar «ironía y éxtasis» y que obliga también al poeta a ser alguien «consciente de la historia».
Este galardón, el sexto Premio Princesa de Asturias que se falla en esta edición, ha recaído también, entre otros, en John Banville, Antonio Muñoz Molina, Leonard Cohen, Paul Auster, Claudio Magris, Arthur Miller, Doris Lessing, Augusto Monterroso, Günter Grass, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Juan Rulfo o Richard Ford, que lo obtuvo en 2016.
EFE