Han abierto al público su tradicional Belén de Arena, una obra de arte efímera que en 2017 visitaron más de 170.000 personas.
Esta edición del Belén de Arena está dedicada a la infancia, con un llamamiento especial a la defensa y garantía de los derechos y el bienestar de los niños en todos los rincones del planeta.
Como ha destacado el niño Manuel Rodríguez, representante de la tercera generación de una familia de areneros, esta obra quiere ayudar a luchar contra «la enfermedad de la desnutrición» que viven cada día muchos niños que «no han tenido la suerte de nacer en el lado del mundo de las naciones poderosas y ricas».
En esta ocasión, el Belén de Arena ha sido modelado por nueve artistas internacionales, coordinados por Miguel y Aday Rodríguez: los canadienses Karen Fralich y Guy-Oliver Deveau, el belga Enguerrand David, el francés Benoît Dutherage, los rusos Aleksei Rynak y Alexey Shchitov, la letona Sanita Ravina y el estadounidense residente en Australia Kevin Crawford.
Esta representación del Nacimiento «invita a la paz» y anima «proteger a de los niños y valorar la felicidad de los menores como prioridad», sin renunciar a «cambiar el mundo a mejor» y a compartir «compartir con generosidad» porque «cualquier niño puede cambiar el mundo», ha señalado el pequeño de la saga de areneros Rodríguez.
Por su parte, el concejal de Turismo de la ciudad, Pedro Quevedo, ha hecho hincapié en destacar este Belén de Arena como «una obra con gran valor» y que tiene como objetivo «cumplir varios fines en uno».
Quevedo ha explicado que, por un lado, esta atracción es un elemento de promoción de Las Palmas de Gran Canaria, que muestra al mundo una playa donde uno puede bañarse en pleno diciembre, «lo que es un lujo», y, por otro, también «un evento solidario» que destina los donativos de sus miles de visitantes a comedores sociales.
Redacción