Estos dieciséis cuentos, escritos entre 1949 y 1990, han sido publicados en edición de Sergio Fernández Martínez por la editorial Espuela de Plata, con un prólogo del catedrático de Literatura de la Complutense Javier Huerta, quien sostiene que «el personaje» de Felicidad Blanc aun espera al escritor que sea capaz de fabular su vida «sin estridencias, con elegancia y también el cinismo que a ella le eran connaturales».
Pero para lograr ese relato, advierte Javier Huerta, habría que «dejar a un lado los manidos tópicos e imágenes» que aún perduran sobre esta mujer, por un lado «la mujer maravillosa e inocente, sojuzgada por el terrible marido que le cayó en suerte en aquel no menos terrible páramo cultural que fue el franquismo» y, por otro, la de «la dama culpable, resentida y perversa» que «apuñaló la memoria de su ejemplar esposo».
Sergio Fernández, en declaraciones a Efe, también ha destacado la condición de personaje de Felicidad Blanc, de la que ha dicho que su papel en la película «El desencanto» terminó «comiéndose su vida real», de la que ha asegurado que hay mucho en estos cuentos, casi todos ellos construidos con material biográfico.
En varios de ellos hay alusiones a su encuentro en Londres con el poeta Luis Cernuda, que dio pie, en palabras de Sergio Fernández, «más a una fantasía que a un enamoramiento» real.
Casi todos estos cuentos están protagonizados por «mujeres maltratadas por la vida, desgraciadas, que han sufrido mucho», y en uno recrea el extraño ambiente que le supuso la ciudad leonesa de Astorga, cuando llegó en la posguerra con su flamante esposo, el poeta Leopoldo Panero, padre de Juan Luis, Michi y Leopoldo María.
El cuento titulado «El domingo» muestra una mujer arrinconada en el papel de esposa y madre y para la cual, al igual que en el caso real de Felicidad Blanc, la maternidad fue algo conflictivo.
Situaciones que, en el caso biográfico de Blanc, podían no corresponderse del todo con la realidad, ya que aunque se lamentaba de tener que estar al cuidado de la casa, siempre dispuso de criadas y algunas de tareas domésticas nunca supo resolverlas.
Según Fernández, algunos de estos cuentos «no tienen nada que envidiar» a otros relatos de grandes autores, y en ellos se nota que Blanc fue lectora de Mansfield y Chejov.
La principal virtud de estos relatos es que «son muy diferentes a los de su época, porque aunque tristes y pesimistas no son tremendistas y ofrecen un retrato muy fiel de la sociedad de entonces».
Felicidad Blanc está presente en todas estas narraciones, en los que llevan por título «Carta» es directamente ella quien se expresa en forma epistolar, bien sea con palabras dirigidas a Luis Cernuda o a ella misma; el titulado «El adulterio» es de carácter erótico, algo poco común en la literatura de mujeres de la época, como lo son las escenas de cama y el personaje de mujer adúltera, según Fernández.
El penúltimo de estos cuentos, de 1989, con el título de «De noche o de día», vuelve a estar inspirado en la persona de Luis Cernuda y fue escrito por encargo de la revista «Interviú», que en ese periodo solicitó un cuento a varias mujeres célebres, para conformar una serie en la que intervinieron Massiel y la ventrílocua Mari Carmen, entre otras.
Alfredo Valenzuela