El Chillida-Leku es un museo monográfico resultado de un sueño del escultor y académico Eduardo Chillida (1924-2002) que muestra la evolución y trayectoria de la obra del escultor desde 1948.
Inaugurado el 16 de septiembre de 2000 por los reyes Juan Carlos y Sofía, se encuentra en el término municipal de Hernani, a diez kilómetros de San Sebastián, en un viejo caserío del siglo XVI llamado Zabalaga, que adquirió la familia Chillida en 1982 para que el artista pudiera presentar de forma permanente al público su obra.
La colección Chillida-Leku está compuesta por cerca de 400 esculturas y más de 300 obras en papel, entre gravitaciones, grabados y dibujos.
Considerado un espacio escultórico en sí mismo, el Museo Chillida Leku se distribuye en dos áreas representativas, el caserío Zabalaga y un parque arbolado.
El caserío data de 1543, cuenta con toda la estructura de madera al aire y se constituye en la sede y pieza central del museo.
El parque, por su parte, se extiende sobre 12 hectáreas que reúnen más de cuarenta esculturas, algunas de ellas de grandes dimensiones, en su mayoría hierros y granitos.
Tras la apertura, el caserío conservará la misma estructura, pero contará con una iluminación mejorada y mejores servicios.
Como novedad se abrirán instalaciones, como un centro de bienvenida, una cafetería y una tienda.
En el museo, con el que Chillida vio cumplido sus sueños, permanecen enterradas sus cenizas a los pies de un viejo magnolio.
El escultor falleció en San Sebastián el 19 de agosto de 2002 y en el mismo lugar, pero 13 años después, se depositaron las cenizas de su mujer, Pilar Belzunce.
Pese a que el Chillida Leku estaba considerado el primer museo de arte de Guipúzcoa en número de visitantes, el 31 de diciembre de 2010 cerró sus puertas acuciado por la crisis y después de que la familia del artista no llegara a un acuerdo con la Diputación de Gipuzkoa y el Gobierno vasco.
Desde entonces, el museo solo podía verse con cita previa.
Tras algo más de ocho años cerrado, en noviembre de 2017 la galería suiza Hauser & Wirth anunció un acuerdo con los sucesores del artista para llevar su representación y reabrir el museo en abril de 2019.
Para ello, la familia, que seguirá manteniendo la propiedad y tendrán un «papel clave» en la toma de decisiones, ha contado también con la complicidad de «distintas administraciones» vascas, como el departamento de Cultura, Turismo, Juventud y Deporte de la Diputación de Gipuzkoa y el centro Colecciones Patrimoniales de la institución foral.
AM