Madrid, 19 sep (EFE).- La recuperación del lince ibérico en España no solo es importante para la conservación de esta icónica especie, sino también para mantener el equilibrio de los ecosistemas en los que habita este superdepredador, ya que su presencia determina la abundancia de las presas y la de los depredadores más pequeños.
Esta es la principal conclusión de un estudio liderado por científicos del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Universidad de Castilla-La Mancha y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha) y publicado en la revista Biological Conservation.
La investigación, financiada por el Ministerio de Transición Ecológica, ha estudiado durante tres años la incidencia del lince sobre depredadores como el zorro y el meloncillo (Herpestes ichneumon) y ha constatado que los superdepredadores como el lince juegan un papel clave en el funcionamiento de los ecosistemas.
Los científicos tomaron como base del estudio la reintroducción de una pareja de linces ibéricos en el Valle de Matachel (Badajoz) y observaron que con la presencia de estos depredadores, la población de zorros y meloncillos se redujo cerca del 80 por ciento.
Así, la llegada de un macho y una hembra territoriales y sus crías supuso la desaparición de 19 zorros, once meloncillos, tres garduñas y un gato asilvestrado al segundo año tras la reintroducción.
Además, “este cambio en la comunidad de carnívoros estuvo ligado a la recuperación del conejo y la perdiz roja en las zonas ocupadas por el lince. La reducción del consumo de conejo por toda la comunidad de carnívoros se estimó en el 55,6%”, destaca el estudio.
El estudio concluye que los superdepredadores como el lince juegan un papel clave en el funcionamiento y estructuración de los ecosistemas, ya que controlan las presas y mantienen la biodiversidad.
“Estas investigaciones muestran un impacto positivo de las reintroducciones, no solo en el estatus de conservación del lince, sino también de la restauración de su funcionalidad ecológica”, agrega Jiménez.
El estudio ha contado con la colaboración de TRAGSATEC, el Ministerio para la Transición Ecológica, la Junta de Extremadura, el CBD-Hábitat, la Estación Biológica de Doñana del CSIC y la Universidad de Oviedo. EFE