En una rueda de prensa tras recorrer el Edificio Histórico de la Universidad de Salamanca (USAL) y firmar en el libro del Estudio salmantino con el rector Ricardo Rivero, de cicerone y el alcalde de la ciudad, Carlos García Carbayo, el director de «Mientras dure la guerra» ha incidido en que se trata de una película sobre España.
Amenábar ha asegurado que se ha empeñado «personalmente» en que el cartel sea una gran bandera España, que actúa «como telón», lo que «creó controversia» en su propio equipo de publicistas pero que es, a su juicio, «la imagen que mejor define la película».
Es por ello, por lo que le gustaría que la gente que acuda a ver su película «se acercara a levantar ese telón y ver lo qué se encuentra», confiando en que sea «una película catártica para la gente de este país».
El largometraje se centra en la turbulencia interior con que vivió el golpe de 1936 el escritor Miguel de Unamuno (Karra Elejalde), por entonces rector de la Universidad de Salamanca y en cómo pasó de apoyar la sublevación, desengañado de la Segunda República, a enfrentarse públicamente a los golpistas con aquel famoso «Venceréis pero no convenceréis».
«No sólo es una película sobre el espíritu y pensamiento de Unamuno, sino sobre España», ha apostillado el director, quien ha reconocido que regresar a Salamanca para este pase le devuelve a «quién ha sido el anclaje», en alusión a Unamuno, la persona que lo ha guiado y con la que se ha identificado a la hora de tratar un tema «tan delicado como éste».
Al pensador vasco, lo han imaginado en el filme «en su torbellino interior viviendo esos meses en su casa, en la intimidad y contar lo que finalmente le hizo explotar en el Paraninfo».
De hombre «libre y de paz» ha retratado a Unamuno, «el héroe de nuestra película» y las notas que tomó la mañana del 12 de octubre de 1936 con mención a Cataluña y al País Vasco, y la idea de unidad y convivencia «tienen una vigencia enorme en la actualidad, de ahí la actualidad el personaje», ha remarcado.
Amenábar ha destacado que España ha dado un vuelco de 180 grados a través de una «transición modélica», pero a veces en las transiciones en las que se opta por la amnistía, «se cierran en falso y se reabren heridas años después».
Sobre el personaje de Francisco Franco (Santi Prego) y no sin antes señalar que las coincidencias «a veces son asombrosas y las carga el diablo», en alusión a la exhumación de sus restos del Valle de los Caídos, ha señalado que «flota como una entelequia, pero no es tan fácil desentrañarlo».
«Nosotros nos centramos en la etapa en la que se convierte en el emperador de todo esto, pero no quería retratar a un malo sin más», ha puntualizado.
Por su parte, Karra Elejalde (Miguel de Unamuno), ha confiado estar a la altura del pensador, del que ha destacado su coherencia, y Patricia López Arnáiz (María, una de las hijas de Unamuno), ha confesado que en su papel vive «desde el corazón el amor al padre».
Tanto el rector como el alcalde han resaltado el «excelente» trabajo realizado, lo cual demuestra, en palabras de Rivero, que el cine puede ayudar «a transformarnos como personas».
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