La muestra, ubicada en la primera sala de la exposición permanente de las obras de su colección propia, presentada este miércoles a los medios por el director del centro expositivo, Miguel Zugaza, forma parte de los actos de celebración del centenario de este evento cultural que ha impulsado el Museo bilbaíno.
La Exposición Internacional se celebró entre el 30 de agosto y el 15 de septiembre de 1919 y estuvo formada por 420 obras de 130 artistas, fundamentalmente vascos, catalanes y franceses, de los cuales, la entonces Diputación Provincial de Vizcaya, adquirió 22 (12 óleos, 8 grabados y 2 esculturas), para los fondos del entonces Museo de Arte Moderno de Bilbao, creado 3 años antes y que, tras fusionarse con el de Bellas Artes, dio lugar al actual Museo de Bellas Artes de Bilbao.
Algunos de estos cuadros, como «Las lavanderas de Arles», de Paul Gauguin; «Las mujeres de la vida», de José Gutiérrez Solana; «El paria castellano» de un entonces joven y prometedor Juan de Echevarria; «Desnudo bajo la parra», del catalán Hermen Anglada Camarasa; el retrato de su esposa e hijo, de Ricard Canals o «la mujer sentada con un niño en brazos» de la pintora Mary Cassat, forman parte de las obras más emblemáticas de la colección del Bellas Artes, ha destacado Zugaza.
Completan el lote de obras adquiridas en esta Exposición cuadros de Domingo Carles, Paul Sérusier, Charles Cottet, Isidre Nonell, Henri Le Sidaner y otro de Juan de Echevarria; cuatro grabados de Francisco de Iturrino y otros cuatro del catalán Xabier Nogués y dos esculturas de Joan Borrel, y de Julio Antonio, poco conocidas por el público de Bilbao al no haberse mostrado mucho.
En la Exposición Internacional, celebrada en el edificio que albergó las antiguas Escuelas de la calle Berastegui, en el solar que actualmente ocupa el Palacio de Justicia de Bilbao frente a los Jardines de Albia, se mostraron obras de grandes artistas internacionales como Cezanne, Gauguin, Van Gogh, Picasso, Monet, Matisse y Pissarro, entre otros.
La presencia de obras de artistas de esta talla dan idea, a juicio de Zugaza, de la relevancia que tuvo en España este gran acontecimiento artístico, que fue determinante en el devenir artístico de Bilbao al fomentar el coleccionismo de arte y contribuir a la formación de los jóvenes artistas vascos de principios de siglo que pudieron contemplar el trabajo de los grandes maestros del impresionismo, el realismo, el fauvismo y el postimpresionismo francés.
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