Este 29 de abril, Día internacional de la Danza, reivindican que se les escuche y no se les arrincone, y todos ellos se unen estos días en videoconferencias por todo el país para darse ánimos ante lo que les espera tras la vuelta a la normalidad si ocurre lo que vivieron «en que la danza fue la más olvidada», recordó, y lamentó que el gobierno mencione siempre en último lugar a la cultura.
La Compañía siempre ha tenido una identidad propia, dedicándose en su estilo a las diferentes formas de la Danza Española, aunque actualmente están más presentes en su repertorio el “Flamenco”, con coreografías innovadoras de vanguardia creadas para la Compañía por profesionales de reconocido prestigio como José Antonio Ruiz, Javier Latorre, Matilde Rubio, Carlos Rodriguez o Antonio Navarro.
«Somos los que menos presupuesto y subvenciones tenemos, los que con menos espacio cuentan en los medios de comunicación de entre todas las artes, cuando el nuestro es el más universal como nosotros mismos hemos podido comprobar cuando viajamos a países con una cultura totalmente diferente y, sin embargo, entienden nuestro arte», afirmó.
«Somos como una gran familia» la treintena de personas que conforman la compañía, comentó Rubio, quién subraya la gran ilusión de sus bailarines, de entre 20 y 30 y pocos años, que desde los 8 años trabajan incansablemente por ser unas grandes profesionales de la danza y que han visto cómo siete de sus espectáculos han tenido que cancelarse.
Afortunadamente ningún bailarín ni familiar se ha visto afectado por la pandemia y durante este confinamiento han realizado las rutinas individuales que suelen llevar a cabo, eso sí, en las estrecheces e incomodidades de sus viviendas, muy lejos del entrenamiento habitual, pero manteniendo su físico, sus estiramientos e incluso grabando algún vídeo.
Mantener el tono muscular de un bailarín profesional no es tarea baladí entre las paredes de un domicilio particular sin poder practicar coreografías con los compañeros, por lo que están deseando poder salir cuanto antes a sus rutinas y espectáculos como bien señala Carmen Rubio que, con su hermana Matilde, dirige el ballet español de Murcia.
«Cuando empiece poco a poco todo y ya se olviden los problemas, lo mismo que se dice que los sanitarios o los comerciantes son necesarios, que tampoco se olviden de los bailarines, de toda la gente joven que con una ilusión tremenda necesita desarrollar su trabajo», aseveró.
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