Desde que en la primavera de hace veintidós años, la de 1998, Ediciones Destino publicase la primera novela de la serie de Bevilacqua y Chamorro, “El lejano país de los estanques”, Lorenzo Silva «sabía que algún día tendría que hacer abordar a sus personajes y desde la ficción, la lucha de la Guardia Civil contra ETA», indica su editorial en un comunicado.
Dos años después de la disolución definitiva de la banda terrorista, Silva ha decidido dar ese paso y narrar en su última entrega de la serie el pasado del veterano subteniente Bevilacqua, con 30 años de servicio en el instituto armado a sus espaldas, en la lucha antiterrorista en el País Vasco.
El décimo caso de Bevilacqua y su compañera de investigaciones, Virginia Chamorro, les lleva hasta Gipuzkoa, donde tendrán que resolver el crimen de un antiguo colaborador de ETA en un territorio que conoce bien por su implicación, casi treinta años atrás, en la lucha contra la banda terrorista.
La trama, según ha adelantado la editorial, se inicia en la pequeña isla de Formentera, donde un varón de mediana edad, al que días atrás se había visto en locales de ambiente gay en Ibiza, aparece desnudo y brutalmente asesinado en una solitaria playa.
Cuando sus jefes llaman a Bevilacqua para que se ocupe de la investigación y le informan de la peculiaridad del muerto, un ciudadano vasco condenado en su día por colaboración con ETA, «el subteniente comprenderá que no es un caso más», agrega el comunicado.
Para investigar la muerte deberá desplazarse, junto con su equipo, a Gipuzkoa donde deberá vencer la desconfianza del entorno de la víctima y, sobre todo, lidiar con sus propios fantasmas del pasado, con lo que hizo y lo que dejó de hacer en una ‘guerra’ entre conciudadanos, como la que veinticinco siglos atrás hubo en Corcira, hoy Corfú», ciudad griega ubicada en la costa del mar Jónico que da nombre al título de la novela.
En esta investigación el veterano suboficial de la Guardia Civil tendrá que enfrentarse como persona y como investigador criminal a la pregunta de «¿en qué medida nos conforma aquello contra lo que luchamos?».
Con dos de sus novelas de esta serie, «El alquimista impaciente» y «La marca del meridiano», Silva obtuvo el Premio Nadal en el año 2000 y el Planeta en 2012.
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