Las estatuillas, según ha informado el CSIC en un comunicado, representan la figura humana de una forma desconocida hasta ahora y podrían ayudar a entender la revolución artística y cultural del Neolítico.
Las figuras con forma humana empezaron a ser comunes en el Neolítico temprano, hace unos 9.000 años, aunque su significado y función no han sido esclarecidos, y antes lo más común era la iconografía de animales, con pocas excepciones, como las Venus paleolíticas.
Ahora, los científicos del IMF han encontrado este tipo de estatuilla nunca visto, que puede arrojar luz sobre el nacimiento de los rituales funerarios, la conciencia de comunidad y sobre las ceremonias de recuerdo de los difuntos.
El hallazgo de las figuritas, varias decenas, de entre 2 y 5 centímetros y de forma alargada, con una antigüedad de entre 9.000 y 10.000 años, ha sido publicado en la revista ‘Antiquity’.
Según los investigadores, el hallazgo es novedoso por el material y el soporte, lascas y láminas de sílex, normalmente asociadas a la producción de herramientas, ya que hasta ahora todas las figuritas halladas estaban hechas de arcilla o, más raramente, de hueso.
También es novedosa la función simbólica funeraria que parece que tenían, ya que la mayoría se han hallado en las tumbas de un cementerio neolítico, con indicios de rituales.
Juan José Ibáñez, científico del CSIC e investigador principal del trabajo, ha explicado que «hay señales de que algunas de las tumbas fueron abiertas tiempo después del entierro y de que los huesos fueron extraídos, manipulados e inhumados nuevamente».
Las figuritas de Kharaysin estaban dispuestas alrededor de los restos humanos, lo que apunta a que tenían un «significado funerario y que fueron usadas en rituales de recuerdo», según la hipótesis más plausible.
Todas las figuritas tienen dos muescas en cada lado, arriba y abajo, que corresponden a la forma del cuello y la cintura.
«Cuando analizamos la forma, fue evidente que esas muescas no habían sido usadas para un sistema de ligadura, ya que en el extremo opuesto del objeto de sílex no hallamos áreas activas cortantes», ha detallado Ferran Borrell, científico del CSIC en la IMF.
Éste y otros detalles les hicieron descartar que fueran herramientas y sugirieron que podrían estar representando siluetas humanas, algo que al principio se consideró «con escepticismo».
Pero la aparición de indicios, como los diversos tamaños y morfologías y, sobre todo, la similitud de su forma con las esculturas humanas neolíticas encontradas en el yacimiento cercano de Ain Ghazal, confirmó que representaban formas humanas.
«La diversidad en las formas es intrigante. Algunas figuritas son más grandes que otras, unas son simétricas y otras asimétricas, y algunas incluso parecen tener algún tipo de atractivo… ¿Los creadores de las figuras estaban pensando en individuos específicos?», se preguntan los científicos.
«Todo indica que los primeros agricultores usaron estas estatuillas para expresar creencias y sentimientos, y para mostrar su apego a los fallecidos», dicen los autores.
«Nuestro estudio muestra que los primeros granjeros hicieron rituales de memoria en los cementerios donde no solo volvieron a abrir tumbas y manipularon huesos humanos, sino que también hicieron y depositaron figurillas de sílex que representaban al difunto», añaden.
En el estudio, liderado por el CSIC, han participado también científicos de la Pontificia Facultad de San Esteban de Salamanca, de la Université Paul Valéry (Francia), de la Durham University (Reino Unido), de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, de la Universidad de Cantabria, de la Universidad Autónoma de Barcelona y de la Universidad de Burgos.
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