Algo que no sucedía desde el siglo XIX con Darwin, asiente Millás momentos antes de anunciar que le está dando lo que él cree que es un ataque al corazón. Pero no, solo es una molestia muscular, así que la entrevista con estos dos homines continúa con una premisa no anunciada: estoy ante una extraña pareja, una suerte de Walter Matthau y Jack Lemmon a la española.
Dos mentes inquietas que se han unido para escribir «La vida contada por un sapiens a un neandertal» (Alfaguara), donde el neandertal, Millás, cuestiona y trae al lenguaje del común de los mortales los planteamientos y reflexiones del sapiens, Arsuaga, uno de los mayores expertos en la Prehistoria, pero no solo en eso.
«Uno de los peores momentos del ser humano es cuando las Humanidades y las Ciencias se separan, y por eso en este libro nosotros hemos vuelto a recuperar la unión de las Ciencias y las Humanidades», dice Arsuaga ante un Millás que asiente.
Y por eso esta obra se convierte en un paseo por la vida, desde que nacemos hasta que nos hacemos mayores; un trayecto para entender por qué empezamos a cultivar, por qué andamos de la manera en que lo hacemos, o por qué vivimos en una sociedad «domesticada».
Unas páginas que arrancan tras la visita del periodista y escritor al yacimiento de Atapuerca, con el que tiene un «amor a primera vista». Y a partir de ahí le tocó seducir al arqueólogo para que se subiera al carro de esta aventura literaria con la que creen haber inventado «un nuevo género».
Lo creen porque se trata de una «especie de crónica», apunta Arsuaga, en la que se van sucediendo los diálogos entre ambos con las reflexiones de Millás, con sus neuras sobre su salud o sus inquietudes como «curioso».
«No éramos conscientes -dice Millás- de lo que estábamos haciendo, pero estamos descubriendo que el éxito del libro se debe a la espontaneidad y al grado de ingenuidad». Unas palabras que continúa Arsuaga: «por eso este libro es un experimento, es una literatura experimental».
En concreto, se refieren al hecho de que en cada capítulo Arsuaga somete a Millás a experiencias distintas, como un viaje a la sierra madrileña, otro a la de
Avila, otro día a un parque de Madrid y otro a una tienda de juguetes. Todo para explicarle por qué somos lo que somos y vivimos como vivimos.
Así que si usted va a leer este libro tenga claro dos ideas, las que sirven de pilares para la obra: que el pasado «no es algo cerrado» y que la Prehistoria «no está en los yacimientos», sino en todo lo que nos rodea, en las piedras, en la agricultura y ganadería actual, en la manera de relacionarnos o en la forma en la que tratamos a nuestros gobernantes.
«Fascinados» el uno con el otro, Millás y Arsuaga, Arsuaga y Millás no solo han conseguido construir una pareja profesional, sino una relación de amistad que ahora, meses después de haber terminado la obra, se «echan de menos» porque ya no pasan tanto tiempo juntos como el que quisieran.
Pilar Martín