Moret no cree que se trate de un libro oportunista y defiende su publicación por ser «fruto de la atracción por el país y de siete viajes en los últimos veinte años».
En la presentación, el escritor barcelonés detecta que «los japoneses se plantean los Juegos Olímpicos como una forma de explicarse al mundo, de exportar su cultura y olvidar el desastre de Fukushima, que fue un desastre traumático, con 18.000 muertos, una central nuclear destruida, y ahora han hallado una ventana para mostrar cómo son y qué pretenden hacer en el futuro».
Ya los JJOO de 1964, recuerda Moret, sirvieron para «mostrarse ante el mundo como un país avanzado tecnológicamente después del desastre de la Segunda Guerra Mundial».
Tras la primera visita, Moret ya quiso escribir sobre Japón, pero se dio cuenta de que es «un país complejo» y siempre ha vuelto «para intentar entenderlo mejor».
En «Historias de Japón» (Península en castellano y Pòrtic en catalán) Moret describe «una tierra de contrastes por excelencia, en la que conviven la persistencia del pasado y la mirada al futuro, la tecnología punta y los rascacielos con la mentalidad samurái y los templos y santuarios antiguos».
Destaca, asimismo, «la veneración a la naturaleza como si fuera un dios y que la gastronomía se esfuerza por alcanzar la perfección».
Xavier Moret, un autor habitual de la literatura de viajes, que en sus páginas ha descrito sus experiencias en África, Armenia, Grecia o Islandia, describe el País del Sol Naciente de hoy a través de sus estancias en sus tres grandes islas (Honshu, Kyushu y Shikoku) y en las principales ciudades (Tokio, Kioto, Hiroshima y Osaka) y trata de dar las claves para comprender la cultura y «la complejidad de un país que cada día fascina más a Occidente».
En el parque de Ueno, en Tokio, visita la estatua de Saigo Takamori, considerado el último samurái y símbolo de la defensa a ultranza de la tradición, que se suicidó en 1873, haciéndose el harakiri, tras perder una batalla contra las tropas de un gobierno que abogaba por la modernidad.
Confiesa Moret que ha intentando no quedarse solo «en la superficie», y para ello durmió en las grandes ciudades, pero también en monasterios y en esas cápsulas-dormitorio que parecen nichos.
El autor se muestra partidario de «la literatura de viajes que pretende explicar un país y no la que habla del propio escritor».
A su juicio, es un buen momento para la publicación del libro, que ya tenía que haber aparecido el pasado año, pero que se aplazó por la pandemia. «Es oportuno ya que estará en las librerías en un momento de más optimismo, con el avance de la vacunación».
Piensa Xavier Moret que «en el futuro se viajara de manera diferente, pero se volverá a viajar». EFE.
A.M.