El torero extremeño Alejandro Talavante, que vuelve a los ruedos después de tres años de ausencia, asegura a Efe que en este regreso solo está interesado en «aportar grandeza al toreo y en generar ilusión entre la sociedad, que es la mejor arma para defender la tauromaquia de tantos ataques».
Talavante anunció sorpresivamente su retirada tras actuar en Zaragoza el 14 de octubre de 2018, pero ya tiene programada su reaparición para el 11 de septiembre en el anfiteatro romano de Arles (Francia), donde, con el aforo completo permitido, toreará mano a mano con el peruano Roca Rey su única corrida de 2021.
«No sabría detallar los motivos de la retirada -explica el torero de Badajoz a Efe en la única entrevista que ha concedido desde entonces- sino que fue un cúmulo de asuntos que me incomodaban los que me llevaron a parar. Necesitaba volver a ilusionarme, tomar un camino diferente para reencontrarme con los valores con los que empecé y que fui perdiendo en la vorágine de las temporadas, aunque me encontrara realmente bien con los toros».
Talavante considera que ese parón de tres años le ha servido para «asumir de nuevo esa filosofía de partida, la de buscar siempre la calidad y la excelencia al margen de los números».
«Y he comprendido que torear porque sí, sumar por sumar como se puso por costumbre, le resta enteros a mi personalidad como torero», reconoce.
«Por eso -continúa- ahora sólo me interesa generar ilusión en el mayor número de aficionados posible. Estando al margen de todo me he convencido de que torear es mi vida, muy por encima de un dinero que, lo digo sinceramente, es lo de menos frente a la trascendencia de poder aportar como artista la grandeza que el toreo no puede ni debe perder».
Respecto a algunos posibles cambios en su forma de torear para seguir en esa vía, Alejandro Talavante cree que su gusto ha evolucionado «hacia un concepto más clásico», aunque «sin perder esa improvisación» que incluso a él mismo le sorprende cuando está ante el toro.
«Voy a insistir sobre todo en ahondar las suertes fundamentales, la verónica, el natural… Las que ponen a todos de acuerdo. Claro que no por eso dejaré de lado la variedad, pues me surgirán otras ideas diferentes como fruto de esa evolución constante que he tenido siempre. No me gusta quedarme estancado», añade.
En ese sentido, Talavante ve «con agrado» cómo en estas últimas temporadas se ha extendido entre la nueva generación de toreros «un afán de volver a las esencias del toreo que es muy positivo para el espectáculo», aunque considera que, «aun así, como están los tiempos, hay que seguir yendo más allá y llevar esas formas eternas al limite, asumiendo el máximo riesgo posible y torear siempre en el filo de la navaja».
El diestro pacense emprende esta nueva etapa de su carrera con el también matador de toros, ya retirado, José Miguel Arroyo «Joselito» en funciones de apoderado, lo que, asegura, le va a ayudar aún más a incidir en ese regreso a los orígenes.
«José -refiere Talavante- me aporta muchísimo, como torero y como persona, porque él siempre se mantuvo en esa línea en sus tiempos de figura del toreo. Tenemos un entendimiento mutuo que casi no necesita de palabras, convencidos como estamos además de que la máxima independencia es el más duro pero el mejor de los caminos que puede tomar un torero».
«Yo he estado -reconoce- en el otro lado, apoderado por gente que acumula tanto poder en el negocio taurino que acaba siendo perjudicial para todos. Así que sé de lo que hablo. Pero he asumido que para llegar al oasis antes hay que atravesar el desierto, y aprender de los errores. Lo importante, como me aconsejó el maestro Paco Camino, es tener contigo personas de corazón».
Desde hace más de un año, Talavante y Joselito no sólo hablan de toros, su pasión, «sino de todo lo que pasa alrededor, porque en el fondo -sentencia el de Badajoz- el toreo es una metáfora de la vida resumida en veinte minutos. Me pasa con él igual que con Antonio Corbacho, el apoderado que me lanzó y que ya nos dejó, pero cuyos consejos de tantas cosas del mundo se siguen desplegando en mi cabeza constantemente».
En el tiempo en que Alejandro Talavante ha estado fuera de los ruedos el espectáculo taurino ha sufrido algunas transformaciones negativas, especialmente las forzadas por la pandemia de la COVID,
lo que para él no deja de ser también «un nuevo estímulo» en esta reparición:
«La situación es muy dura, está claro, pero por eso la apuesta debe ser más grande. Nunca me motivaron las cosas fáciles. Es más,
creo que las grandes obras siempre se desarrollan en condiciones adversas para el artista, como puede ser esta en la que nos encontramos».
«La pandemia -continúa- ha afectado muchísimo a todos los sectores del toreo, pero sobre todo a los que menos tienen. Por eso creo que hemos perdido la oportunidad de dar más sitio a los nuevos toreros y de apoyar las novilladas, que es donde tenemos el futuro.
Era el momento preciso de crear así también esa ilusión dentro del propio mundo del toro, además de programar citas atractivas para la mayoría».
En cuanto a su propio futuro, Talavante está convencido de que aún le quedan «muchos sueños por cumplir» en esta reaparición, entre ellos el de volver a las grandes plazas españolas la próxima temporada para poder mostrar esa vuelta a las esencias de su toreo que pretende y busca.
«Ahora solo tengo en mi mente la corrida de Arles, pero todavía me quedan bastantes cosas por hacer, como volver a Las Ventas. Se habló para que fuera el próximo 12 de octubre, pero la empresa finalmente optó por otro modelo de feria. No pasa nada. Tengo mucha paciencia para esperar el momento de mi retorno a Madrid».
Paco Aguado