Hace 60.000 años, en los alrededores de Capellades (Barcelona), un grupo de poblaciones neandertales estuvieron buscando alimentos y los restos de lo que comieron y de otras actividades cotidianas que realizaron en este lugar han sido documentados este verano durante la campaña anual de excavaciones que ha llevado a cabo en el Abric Romaní un grupo de 20 arqueólogos bajo la dirección del IPHES-CERCA y del Área de Prehistoria de la Universidad Rovira i Virgili (URV).
El objetivo de los trabajos efectuados durante este agosto ha sido recuperar los restos abandonados de aquellos individuos, testimonio del pasado prehistórico de este paraje.
Por este motivo, la campaña se ha centrado en la excavación del nivel Ra, uno de los más singulares de los que se han intervenido en los últimos años y que registra el final de un período glacial, el momento más frío documentado hasta ahora en el depósito de más de 10 metros de profundidad excavado en el Abric Romaní.
Se han localizado los restos de por lo menos tres ciervos, de los cuales se han encontrado apiladas en un mismo área fragmentos de sus cabezas, lo que indicaría que se trataba de un evento muy específico.
Junto a los fragmentos de fauna, las herramientas de piedra que se han identificado también son abundantes, elaboradas principalmente sobre sílex, pero además se utilizaron el cuarzo, la caliza y la arenisca como materias primas predominantes.
La codirectora de la excavación, investigadora del IPHES-CERCA y profesora asociada de la URV M. Gema Chacón destaca: «En el nivel Ra hemos observado una gran diversidad de métodos de talla empleados por los grupos neandertales».
«Además, hay un gran número de piezas retocadas, que son exclusivamente denticulados, herramientas de piedra con bordes similares a los cuchillos de sierra actuales. Estos instrumentos polivalentes están relacionados con la amplia diversidad de tareas que se desarrollaron durante la ocupación de este nivel», añade Chacón.
Asimismo, el director del proyecto, investigador también del IPHES-CERCA y profesor asociado de la URV Josep Vallverdú comenta que este año se han encontrado los restos de más de 15 hogares. «Esto es muy habitual en el registro del Abric Romaní y aporta importante información sobre el espacio que ocuparon en este yacimiento las comunidades neandertales y su distribución», afirma.
Otro aspecto que ha remarcado Vallverdú es que «en el nivel Ra, siguiendo la dinámica de las dos campañas anteriores, se han descubierto abundantes negativos de madera. El alto contenido de carbonato cálcico en el agua de la zona de Capellades hizo que los elementos vegetales quedaran cubiertos de carbonato y una vez la materia orgánica se podría se conservaba la huella de la rama o del tronco».
Estos elementos no son fáciles de estudiar ni de extraer y, por ello, «en esta campaña se ha desarrollado un programa, con la ayuda de la técnica en fotografía del IPHES-CERCA, María Guillén, para realizar la fotogrametría de dichos restos. Estas técnicas nos permitirán tener los restos en formato digital e incluso hacer impresiones 3D», indica el mismo arqueólogo.
La directora de la excavación, investigadora del IPHES-CERCA y profesora asociada de la URV Palmira Saladié añade: «El uso de estas técnicas nos permitirá a la vez reducir el gasto en la restauración y conservación de los restos y de su almacenamiento. Pero sobre todo nos facilitará llevar a cabo el estudio de forma mucho más inmediata, para contrastar si entre estos elementos se halla alguna herramienta elaborada por los neandertales».
El equipo investigador, encabezado un año más por el Dr. Eudald Carbonell, investigador del IPHES-CERCA y catedrático de Prehistoria de la URV, remarca las importantes inferencias conductuales de las comunidades neandertales que se han podido establecer a lo largo de 39 años gracias a los resultados obtenidos con las excavaciones en el Abric Romaní.EFE
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