El musical cumple 50 años sobre el escenario, en 1971 se estrenó en Chicago, y ahora regresa a la escena madrileña con nuevo reparto «lleno de caras muy jóvenes», ha reseñado este miércoles en rueda de prensa su director, David Serrano.
El equipo creativo de «Billy Elliot», SOM Produce, ha sido el encargado de poner en marcha este proyecto que tiene como objetivo hacer algo «diferente a los anteriores», según explica Serrano.
Una versión, de la que también se ha encargado de la adaptación, en la que ha potenciado la «parte humorística hasta el punto de llegar al ‘clown’ y que se ha renovado con coreografías potentes y espectaculares» de Toni Espinosa, que han sido posibles gracias a un elenco que canta, interpreta y baila.
«Ha sido un lujo trabajar con estos chavales y haber tenido la oportunidad de ensayar tanto tiempo», explica Espinosa.
La popular escena del coche en el taller «Greased Lightnin» y como colofón «You’re the one that I want», en versión española son algunas de las canciones que no faltan en el musical.
Pero además el montaje aporta una escenografía diferente a las vistas en otros, un homenaje al Pop Art, «llena de color, alegre, aporta buen rollo y felicidad», indica Serrano.
Una producción que apuesta por el talento de las nuevas generaciones en la que jovencísima Lucía Peman es la cándida Sandy y Quique González, Danny Zuko. Tanto ellos como el resto del reparto, sin embargo, ya parten con experiencia en cine y televisión, además de en teatro.
«Su juventud les da frescura y naturalidad porque tienen la edad que representan», apunta el director, quien advierte que se ha rebajado la testosterona al grupo masculino mientras que Sandy se aleja del arquetipo que refleja la película.
«La sociedad cambia y en el teatro tenemos la responsabilidad de transmitir un buen mensaje».
Un proyecto que ha costado ponerlo en marcha más de cuatro millones de euros, ha detallado Marcos Cámara, uno de los productores del espestáculo en el que participan más de cien personas y que tras dos años y medio de preparación -con parón provocado por la pandemia- verá la luz en el Nuevo Teatro Alcalá a partir del 2 de octubre.
«El musical se ha convertido en un icono. No hay nadie que no haya bailado sus canciones o intentado emular sus coreografías», apunta Cámara, quien añade que se estrena coincidiendo con la llegada de los grandes musicales a los teatros, antes poco viable «por el riesgo de contagios y la escasa movilidad de la población. Los musicales se nutren en fin de semana del turismo».
Cámara señala que su intención es trasladar «un mensaje de optimismo y alegría», algo que comprueba que se traduce en la venta de entradas. «Tenemos un buen arranque de temporada», concluye. EFE
M.M.