El objetivo de estos jóvenes decimistas, del Taller Insular de Verseadores, dirigido por Yapci Bienes, es el mismo que tenían los verseadores de hace 70 años: reunir fondos para ayudar a la reconstrucción y a las personas afectadas.
Históricamente Canarias ha sido tierra de volcanes y de emigrantes, dos elementos sin relación directa aparente, pero que han conformado el estilo de vida actual de los isleños.
La emigración palmera hasta la segunda mitad del siglo XX se dirigió preferentemente hacia la isla de Cuba, desde la que poco a poco comenzaron a retornar algunos.
Estos vínculos culturales de ida y vuelta cuajaron en una forma particular de poesía, la décima, a veces como poesía folclórica tradicional y otras como «punto cubano». Consiste en una especie de duelo en rima, en la que los participantes se desafían entre sí con la única arma de su agilidad mental.
En la etapa situada entre 1940 y 1960, se detallan referencias a un gran número de décimas, coplas y romances populares compuestas con motivo de notables episodios como la emigración clandestina, el volcán de San Juan en 1949, o el temporal de 1957 y episodios puntuales como los pastores quemados en el borde de la Caldera de Taburiente en 1948.
La siguiente estrofa, compuesta por Ginés Martín Martín (1917-2001) describe la erupción del volcán del Duraznero, considerada parte de la erupción de San Juan.
En la cumbre de la sierra
que entre el término de Mazo
y jurisdicción de El Paso
antiguo volcán encierra,
estremeciendo la tierra
se abrió repentino, breve
este volcán que conmueve
La Palma en triste infortunio
el veinticuatro de Junio
de este año cuarenta y nueve
Por medio de estos versos improvisados no solo se informaba a la población de hechos contemporáneos. Durante la erupción del volcán de San Juan, la que se recordaba como la más destructiva hasta la aparición del nuevo cráter en Cumbre Vieja, se utilizó el verso como medio de donación para las personas afectadas.
Muchas de las décimas compuestas por poetas más representativos de la isla en aquel momento fueron impresas en octavillas para su venta a beneficio de quien había perdido su medio de vida. Esto hizo que en muchas de las casas se guarden aún ejemplares de estas octavillas, algunas de ellas incluso firmadas por sus autores.
Otras fueron impresas como anónimas, ya que lo importante era el bien para el que fueron escritas. Simeón Marichal, Guillermo Concepción, Antonio Rodríguez Vera, Ginés Martín, y otros varios, dedicaron emotivas décimas a la erupción del volcán, pero sin duda las que más populares se hicieron fueron las compuestas por Mercedes Abreu Expósito con el título de «Lo que dice el volcán de San Juan», siendo «Yo fenómeno volcán» una décima que aún pervive en la memoria de algunas generaciones de palmeros.
Yo fenómeno volcán
me subí a la serranía
a ver si mirar podía
las banderas de San Juan.
Ni cura ni sacristán
en aquel templo existía
remonté mi artillería
y dando fuego al cañón
dando una gran explosión
a ver si San Juan me oía.
La historia parece repetirse, y lo que antes eran octavillas a peseta y media, hoy son números de cuenta de ayuntamientos y del Cabildo el medio para realizar donaciones a las personas afectadas por la erupción que este viernes cumple 40 días. EFE
Luis G. Morera