La sociedad Museo Hermitage, controlada en un 80% por el fondo de inversión suizoluxemburgués Varia, dio los primeros pasos para desembarcar en Barcelona hace diez años y el pasado 26 de mayo de 2021 consiguió una autorización de la Autoridad Portuaria para instalarse frente al mar, en el barrio de la Barceloneta.
Esta autorización estaba condicionada a la firma de un convenio con el Ayuntamiento de Barcelona que el consistorio se negó a suscribir.
Esta oposición del gobierno municipal ha sido la causa de que los promotores hayan decidido desistir, aunque sigue abierto un proceso judicial impulsado por la sociedad Museo Hermitage, con el que la empresa espera recuperar el dinero invertido y una indemnización adicional que podría sumar más de 100 millones de euros.
La vía judicial se puede alargar hasta ocho años, según los promotores del museo, que no ven viable mantener vivo el proyecto hasta entones.
El Hermitage preveía una inversión de 52 millones de euros para la construcción de un edificio diseñado por el arquitecto japonés Toyo Iti, que debía albergar el museo y el área comercial adyacente.
El Ayuntamiento de Barcelona gobernado por Barcelona en Comú ha mostrado durante todo el proceso su oposición, aunque su socio de gobierno, el PSC, ha intentado intermediar en varias ocasiones para llegar a un acuerdo que permitiera que el museo se construyera en Barcelona.
El Consistorio barcelonés se opone al museo porque duda de su viabilidad financiera y porque asegura que atraerá más visitas foráneas a un barrio ya muy presionado por el turismo y con problemas de movilidad.
Fuentes del Hermitage han afirmado que tienen sobre la mesa propuestas de otras ciudades para instalar el museo, como las de Madrid y Lisboa, además de otras capitales de provincia españolas y ciudades europeas. EFE
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