jueves, noviembre 21, 2024
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Agoney: «En España se le canta poco al sexo»

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Prueba de la información biográfica

«En España se le canta poco al sexo, pero es algo que lo mueve todo. ¿A quién no le gusta? A mí sí y yo me dejo llevar por lo que siento en el momento», ha explicado a Efe este joven intérprete y compositor canario que ya en su primer disco, «Libertad» (2020), incluyó el sensual corte «Ángel caído».

A «Bangover», cuenta Agoney Hernández (Adeje, 1995), llegó probándose como productor con una base de «funky a lo Jamiroquay». «Lo más fácil para mí es escribir baladas y hablar desde el dolor, pero como me gustan los retos, empecé a escuchar más música que no suelo escuchar y a ver cómo podría producir esos sonidos», relata tras saltar con paso firme a la música de baile.

De esa versatilidad ha dado muestras a su paso por «Tu cara me suena», 16 galas en las que empezó imitando a The Weeknd («Con un miedo terrible», reconoce) y en las que se atrevió a aflamencarse para ser Pitingo o a meterse en la piel de Lady Gaga, con una coreografía aprendida en un día, tacones a los que nunca se había subido, cuatro cambios de vestuario, peluca, maquillaje y «teniendo que cantar como ella canta».

«Por eso ahora pienso que los (artistas) hombres a veces nos toman el pelo. No me parece normal cómo una mujer debe ponerse una ropa incomodísima, subirse a unos zapatos que son zancos, trabajar una coreografía imposible y cantar en tesituras imposibles a menudo para que un tío salga al escenario en vaqueros y camisa y cante: ‘ey'», reflexiona.

Hablando de alegatos, su paso por el programa también sirvió para reivindicar causas como la lucha contra el cáncer y hacer «un ejercicio consciente» a favor del colectivo LGTB, como cuando interpretó «It’s a sin» vestido como Olly Alexander (Years And Years) o besó a su actual pareja en vivo tras su gran triunfo final.

«A veces me pregunto por qué artistas abiertamente homosexuales le cantan a mujeres», cuestiona, tras reflexionar sobre la falta de referentes musicales que den un paso el frente en España en este ámbito.

Las últimas galas dieron la oportunidad además de verlo caracterizado como Mónica Naranjo o, ya en la final, a convertirse en el cantante kazajo Dimash, muy desconocido por el gran público, por lo que de puertas para dentro le desaconsejaron la elección. Él se mantuvo firme y terminó alzándose con la victoria.

«Precisamente creo que hay que aprender de otros artistas como Mónica Naranjo, que siempre han defendido sus ideas. Yo tenía claro que Dimash era a quien tenía que imitar, porque había hecho de todo, pero nunca había cantado de verdad ni había explotado mi tesitura al máximo», defiende.

NO A EUROVISIÓN.

No sorprende que eligiera titular su debut discográfico como «Libertad» ni que se arriesgara a lanzarlo dos años después de salida de «OT 2017», la emblemática edición de Aitana, Amaia y Ana Guerra, en la que acabó en sexta posición.

«No sé si existe ese ‘boom’, porque yo nunca lo he tocado. Pero cinco años después de todo aquello puedo decir que tengo los mejores números de mi carrera. Por eso a mí no me queda claro eso de que el tren que pasa no vuelve a pasar», asevera quien fuera número 1 en ventas con su primer álbum.

De naturaleza «meticulosa» y poco dado a delegar, él decidió manejar solo su proyecto y sentarse por su cuenta a componer y producir su disco para que fuese «lo más sincero» posible.

Reconoce que el paso por «Tu cara me suena», más incluso que la victoria, le ha hecho crecerse como artista y le ha proporcionado oportunidades como la de trabajar su música junto a productores a los que admira.

«Nunca había ganado nada, pero esto llegó a la grande, así que estoy muy contento», concede Agoney, que no descarta la posibilidad de que «Bangover» sea el principio de un próximo disco, si encuentra un punto de conexión que lo hile todo.

Lo que descarta es presentarse a Benidorm Fest, tras haber rechazado ya una primera invitación. Fue este verano, cuando lanzó la ochentera «¿Quién pide al cielo por ti?», que lo volvió a reunir con Alberto Jiménez (Miss Caffeina), precisamente la persona que compuso la canción con la que, como concursante de OT, se postuló a representar a España en el festival en 2018.

«Nos encontramos en un supermercado y llegamos a la conclusión de que esta vez nos teníamos que sentar a hacer esa canción juntos», explica sobre la génesis de un tema coescrito al lado del también productor Juan Sueiro y que va casi por un millón de reproducciones en Spotify.

Sobre las razones por las que no ansía luchar por esa plaza en Eurovisión, explica que él se siente «como un pequeño artesano trabajando en casa tranquilamente». «Y no me veo en ese foco mediático, representando a gente que quizás no quiere que yo le represente», alega.

¿Es la vehemencia de los seguidores del festival lo que le retrae? «En mi caso sí. Hay críticas innecesarias de personas que no tienen ni idea y gente que no se da cuenta de que es un festival musical. La música se comparte, es para disfrutarla, así que mejor que dejen de insultar y de machacar a una persona que te va a representar quieras o no», opina. EFE

 

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