jueves, noviembre 21, 2024
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Mirar y oler: el Prado redescubre «El olfato»

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«La esencia de un cuadro, una exposición olfativa» se podrá ver y oler en la pinacoteca hasta el 3 de julio. Perfume y arte se dan la mano en la muestra que firma Gregorio Sola, perfumista senior de Puig y académico de la Academia del Perfume, y Alejandro Vergara, jefe de Conservación de Pintura Flamenca del Prado.

«El olfato» es un cuadro que forma parte de una serie de cinco obras del Prado que exploran los sentidos y que son un claro ejemplo de la gran técnica de Brueghel, uno de los pintores más importantes de su época, aunque sus cuadros pasan habitualmente desapercibidos por su mediano formato.

OLER Y VER A BRUEGHEL

«No hay pintura más gozosa que la de Brueghel, es gozoso a más no poder», explica Vergara, aunque reconoce que el detalle de su trabajo suele pasar desapercibido en un museo donde los cuadros «se ven de lejos». Su técnica, que aprendió con su abuela, es de miniaturista.

En el cuadro, una vista de un jardín encargado por la hija de Felipe II Isabel Clara Eugenia, el pintor flamenco incluyó más de ochenta variedades de plantas y flores en floración; así, se pueden ver por ejemplo ocho variedades de rosas y también otros elementos relacionados con el olfato, como un perro sabueso o destiladores.

La exposición, reducida a una sala, ha incluido a numerosos investigadores de distintas disciplinas, entre los que se encuentran miembros del CSIC que han ayudado a identificar las variedades de las flores del cuadro y una especialista en historia del perfume que ha ayudado con fórmulas antiguas.

CUADROS QUE NO SOLO HUELEN A PINTURA

En la sala, junto al cuadro, se han instalado una serie de dispositivos en los que se puede oler las fragancias -está diseñado para que se pueda usar con mascarilla-. La tecnología empleada no usa alcohol, por lo que no satura el olfato.

Diez son las fragancias que los visitantes pueden oler: jazmín, rosa, lirio, narciso, civeta, nardo, flor de naranjo, higuera, guantes y alegoría. Las tres últimas son mezclas, y todas ellas han sido elegidas por Sola y Vergara por su «estrecha relación» entre la perfumería actual y la histórica, han explicado en la presentación de la iniciativa este lunes en Madrid.

La mezcla «Alegoría» está confeccionada a partir del ramillete que sujeta Venus, principal figura de la obra -todas pintadas por un gran amigo del pintor, Rubens-, y que tiene rosas, jazmines y claveles.

«La rosa en perfumería es la reina de las flores, y el jazmín es el rey; la combinación rosa jazmín siempre te aporta una riqueza y una fuerza increíbles», asegura Sola. Para hacer un kilo de esencia de rosa, hacen falta trescientas mil flores recogidas a mano al amanecer, ha explicado.

La flor de naranjo se utilizaba entonces en perfumería y se sigue usando hoy; el lirio es una de las esencias más caras usada en la actualidad, -el kilo dobla el precio del oro-, mientras que la esencia de civeta -un mamífero carnívoro con un olor «duro, sucio»- se usaba habitualmente como fijador de perfumes en la época.

Sola ha recreado la esencia de un guante que aparece en la escena. En la Edad Media se solía perfumar los guantes para enmascarar el mal olor del curtido de la piel; la combinación elegida está tomada de un libro del siglo XVII, «El perfumista real», y contiene resinas, bálsamos, maderas y esencias de flores.

La muestra también tiene por objetivo realzar la importancia del olfato, uno de los sentidos más olvidados en la sociedad moderna, pero que era fundamental en la antigüedad. «Oler permitía a la gente saber que un alimento o un lugar eran peligrosos», ha señalado Vergara.

El olor es también uno de los sentidos con los que más fácilmente se viaja al pasado, ha explicado Sola, está estrechamente ligado a la memoria: «Aquello que hueles y ves, lo recuerdas mucho más». EFE

 

A.M.

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