El taxista en cuestión se llama Jorge y no quiere hacer declaraciones, pero ha saltado a la fama por su determinación de ponerse al volante ataviado con una prenda de estas características para combatir el calor, aprovechando que en la regulación de la vestimenta que han de utilizar no está contemplada, y por tanto vetada, tal posibilidad.
Su acción tiene detractores y el principal Manuel Chorén, presidente de la Cooperativa de Taxis de Vigo, el mayor grupo del sector, que ha señalado que «también podía haber ido en calzoncillos porque tampoco viene recogido en la ordenanza, y seguro que iría mucho más cómodo y, en este caso, más ventilado».
El colectivo de Chorén no ve con buenos ojos su manera personal de rebelarse y, por ello, como portavoz, ha recordado que la ordenanza municipal fue aprobada en asamblea, con lo cual «vivimos en un país democrático y lo que dice la mayoría es lo que nosotros llevamos adelante», ha explicado.
De opinión contraria es Roberto Costas, presidente de la asociación Élite Taxi, que ha comentado que él sí defiende la cruzada de este trabajador, pues «se trata de una reivindicación; por comodidad y por la negativa del ayuntamiento a aceptar la propuesta que se le hizo por parte de nuestra asociación de regular el tipo de pantalón corto que se podía llevar» y que a su juicio habría evitado este cisma actual.
Mientras el gobierno local al frente del cual está el socialista Abel Caballero guarda silencio, algunos taxistas están a la espera de que el sol vuelva a caer a plomo para decidir si imitan a Jorge, que este martes no obstante ha vuelto al pantalón por la inestabilidad atmosférica.
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